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Tú también tienes derechos como empleado
Pago oportuno
Horas extras
Licencia por embarazo
Pago de vacaciones y días libres
Aguinaldos y bonos
Organización
Indemnización por despido o renuncia
La ley le exige a las empresas salvadoreñas respetar tus días de pago, darte vacaciones cada año o indemnizarte si eres despedido.
Trabajar para una compañía no solo significa cumplir con los deberes que te exige el contrato. La empresa también debe garantizarte derechos que son respaldados por las leyes salvadoreñas y que tienes que tener claros a la hora de ingresar a la institución.
Desde el pago de salarios a tiempo, hasta los horarios, los días libres, licencias por enfermedad o maternidad y bonos al final de año están incluidos en el Código de Trabajo, que es avalado y supervisado constantemente por el Ministerio de Trabajo.
Algunas compañías ofrecen beneficios extra para sus empleados, que están fuera de los derechos básicos que toda empresa debe proporcionar. Dan bonos extra, pagan un salario más, dan descuentos en ciertos productos y servicios y otras facilidades, pero estos son beneficios extra y no pueden reclamarse por ley.
Como empleado debes conocer cuáles son tus derechos laborales y exigirlos cuando creas que éstos son vulnerados. A continuación te presentamos algunos de los derechos laborales imprescindibles que debes conocer y a los que debes estar atento.
¿Qué es el derecho del pago oportuno?
De acuerdo con el Código de Trabajo, el empleador tiene la obligación de siempre pagar el salario completo al empleado. Esto debe hacerse en la moneda de curso legal y en relación a un período de tiempo determinado, que bien puede ser semanal, quincenal o mensual. Además, se puede realizar por unidad de trabajo o de manera mixta, así como por una actividad específica o a través de comisiones.
Al momento de realizar los pagos de salarios, el empleado tiene derecho a recibir una nómina donde se defina el pago recibido, reflejando el cálculo del salario devengado y sus prestaciones. Si hubiera un pago adicional por horas extras, nocturnidad o vacaciones, también debe detallarse en este documento.
No me pagan mi sueldo a tiempo ¿Qué puedo hacer?
Es tu derecho recibir el pago de tu salario en la fecha acordada bajo tu contrato laboral, ya sea que este se haya definido de manera quincenal, semanal o por comisión.
El Código de Trabajo establece un máximo de seis días, como período de retraso aceptable para efectuar el pago de salarios, bajo circunstancias especiales previamente aprobadas. Cuando esto no ocurre o se irrespeta de manera constante, es tu derecho acudir al Ministerio de Trabajo, para denunciar la irregularidad y recibir apoyo.
¿Qué dice el Código de trabajo sobre las horas extras?
Los trabajadores salvadoreños usualmente laboran bajo dos tipos de horario: diurno (durante el día) y nocturno (por la noche). El turno diurno se contempla entre las 6:00 a.m. y las 7:00 p.m. del mismo día; el nocturno va de las 7:00 p.m. de un día, a las 6:00 a.m. del día siguiente.
En el caso del horario diurno, la Ley laboral establece que este no debe superar las ocho horas diarias de trabajo, a menos que se trate de situaciones excepcionales contempladas en el Código de Trabajo, o previamente acordadas entre el empleador y trabajador. Para el caso del horario nocturno, el máximo de horas permitidas es siete. Si un horario de trabajo emplea al menos cuatro horas del turno nocturno, se contempla como nocturnidad en su totalidad. Una semana laboral diurna no puede exceder las 44 horas, mientras que la semana nocturna tiene un límite de 39 horas.
Es importante destacar que los trabajos que se realicen en horas nocturnas se pagarán, por lo menos, con un 25% de recargo sobre el salario establecido para igual trabajo en horas diurnas.
En El Salvador está legislado el trabajo nocturno y diurno. Para la jornada diurna, la cual está comprendida entre las 6:00 a.m. y las 7:00 p.m. de un mismo día; la jornada nocturna comprendida entre las 7:00 p.m. de un día y las 6:00 a.m. horas del siguiente día. Así, cuando un empleado labora más horas de las permitidas, esto se considera como “hora extra” y debe ser remunerada.
¿Cómo se pagan las horas extras en El Salvador?
En el país, el trabajo en horas extraordinarias solo puede pactarse en forma ocasional, cuando circunstancias imprevistas, especiales o necesarias así lo exijan, de acuerdo con el Código de Trabajo. Las horas extras pueden ser pagadas como un adicional al salario que recibe el empleado. Para ello, se debe tomar como base el salario extraordinario que corresponda al día trabajado.
Es decir, si un empleado gana $15 al día y trabaja dos horas extras, se le deberá pagar un adicional proporcional a las dos horas, en relación al salario diario devengado.
Otra forma de remunerar las horas extras de trabajo es a través de días compensatorios. En estos casos, se trata de días que, bajo previo acuerdo entre ambas partes, el empleado puede tomar para descansar o realizar actividades personales. Estos días deberán ser remunerados con salario básico, es decir, equivalente a un día normal de trabajo.
El Código de Trabajo estipula que los días compensatorios deben tomarse en la misma semana laboral o en la siguiente, en relación al momento en que se trabajaron horas extras. De esta manera, un día compensatorio será equivalente a un día de trabajo efectivo.
¿Cuántas horas extras puede hacer un trabajador en El Salvador?
El Código de Trabajo de El Salvador no define un máximo de horas extras permitidas. Sin embargo, es importante destacar que, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, las horas extras no deben ser algo usual y deben evitarse. Sin embargo, al tratarse de situaciones excepcionales, puede realizarse bajo previo aviso y consentimiento del trabajador.
Así, si un empleador es obligado a trabajar horas extras de manera constante, sin recibir la remuneración equivalente establecida en el marco legal salvadoreño, y/o sin poder gozar de tiempo compensatorio, está en su derecho de denunciar esta situación.
¿Cuáles son los derechos laborales de la mujer embarazada en el trabajo?
El Código de Trabajo salvadoreño estipula diversas regulaciones para proteger a las mujeres salvadoreñas en sus lugares de trabajo. A continuación, destacaremos las regulaciones más relevantes:
- El empleador tendrá prohibido obligar a una mujer embarazada a realizar un trabajo que no sea compatible con su estado de gravidez.
- Si al concluir el período de licencia por maternidad, la empleada comprueba con certificado médico que no puede volver al trabajo, su contrato se mantendrá por el tiempo que la constancia indique para su recuperación. En este período, el patrono estará obligado a pagar las prestaciones por enfermedad de la trabajadora y conservar su empleo.
- Si la trabajadora se encuentra en período de lactancia, tendrá derecho con el fin de amamantar a su bebé a una interrupción laboral de hasta una hora diaria, la cual podría fraccionarse en dos pausas de treinta minutos. Esta interrupción deberá ser contada como hora de trabajo, y remunerada como tal.
Licencia por reposo en el embarazo, conoce su duración y regulaciones
Desde 2015, las mujeres salvadoreñas pueden gozar de una licencia de trabajo de dieciséis semanas (un promedio de cuatro meses) en concepto de maternidad, que anteriormente era solo de doce semanas. En 2018, la Asamblea Legislativa reformó este decreto, para reivindicar dicho periodo de maternidad, así como garantizar el descanso de las mujeres trabajadoras antes y después del parto, sin perder su empleo por la condición de gravidez.
Así, desde 2018, se ha estipulado una garantía de estabilidad laboral para las mujeres embarazadas y lactantes, que va desde el momento de la concepción, hasta que concluyan seis meses posteriores al descanso postnatal.
Al respecto, el Código de Trabajo establece que el periodo de maternidad debe acordarse a partir de la fecha de parto posible. Si el parto ocurre después de dicha fecha, el permiso deberá extenderse a partir de la fecha exacta, sin alterar la cantidad de semanas estipuladas en la Ley. Es importante destacar que la licencia de maternidad no debe utilizarse por el empleador como permisos por enfermedad si la embarazada es incapacitada durante el periodo de gravidez.
En estos casos, cuando de acuerdo a un certificado médico y como consecuencia del embarazo, la trabajadora tendrá derecho a una licencia prenatal suplementaria, cuya duración se determinará de acuerdo a las regulaciones reglamentarias.
¿Cuándo se pagan las vacaciones en El Salvador?
Al concluir un año continuo de trabajo, los empleados salvadoreños tienen derecho al pago de vacaciones. Esta prestación puede ser extendida por el empleador en el mes que el trabajador cumple un nuevo año de trabajo o, bajo mutuo acuerdo, en una fecha determinada, como a fin de año, por mencionar un ejemplo.
¿Cómo se calcula el pago de vacaciones en El Salvador?
En El Salvador, la Ley determina que el derecho a vacaciones es por un período de 15 días, que deberán ser remunerados con una prestación equivalente al salario ordinario de dicho lapso, más un 30% del mismo. Es decir, que si un empleado tiene un salario quincenal de $400, al recibir la prestación de vacaciones tiene derecho a los $400 de esos quince días, más un 30% de la remuneración quincenal, recibiendo un total de $520.
Es importante destacar que, para tener derecho al goce de vacaciones, el trabajador deberá haber laborado, por lo menos, doscientos días en el mismo año. Además, al recibir esta compensación, el patrono deberá avisarle la fecha en la que podrá gozar de este derecho con, al menos, 30 días de antelación. El pago de las vacaciones deberá efectuarse antes que el trabajador goce de las mismas, cubriendo todos los días que estén comprendidos entre la fecha que se va de vacaciones y el día en que se reincorporará a la jornada laboral.
¿Cómo se pagan los días libres en El Salvador?
Los días libres son aquellos que se consideran como asueto para toda la nación, normalmente ocurren en fechas festivas, pero también pueden ser decretados de manera especial, para días específicos, ya sea para establecer un “puente” entre el asueto nacional y el fin de semana, o por otros motivos. Según las regulaciones laborales de El Salvador, cuando un empleado trabaja en día libre, tiene derecho a recibir el pago normal de su día trabajado, más el 100% de dicha cantidad como compensación, es decir, recibe un pago doble.
¿Qué días se pagan el doble en El Salvador?
Las regulaciones laborales de El Salvador establecen que los días considerados como asueto nacional, que sean trabajados bajo previo acuerdo, deberán ser compensados con un 100% adicional al salario diario del trabajador. Es decir, que si un empleado gana $35 al día, y debe trabajar un turno normal el 1 de mayo (asueto nacional por ser el Día Internacional del Trabajo) su pago de ese día será de $70, recibiendo un extra de $35 en su nómina mensual.
¿Qué dice el Código de trabajo sobre el Aguinaldo y cómo se calcula?
El Código de Trabajo establece diferentes parámetros para recibir el pago del aguinaldo. A continuación de presentamos las escalas que pautan este beneficio:
- Entre 1 y 3 años laborados en la misma empresa: el empleado recibirá un aguinaldo equivalente a 15 días de trabajo.
- Entre 3 y 10 años laborados en la misma empresa: el aguinaldo corresponderá a 19 días de trabajo.
- 10 años o más en la misma empresa: el aguinaldo será equivalente a 21 días de trabajo.
Aquellos empleados que tengan menos de un año trabajando en la misma empresa, recibirán una compensación equivalente al porcentaje laborado. Es decir, si llevas trabajando seis meses, tu aguinaldo corresponderá a 7.5 días de trabajo.
Es importante destacar que todos los empleados bajo contrato laboral en una empresa deben recibir aguinaldo, el cual se debe pagar antes del 15 de diciembre de cada año. Además, siempre que el monto del aguinaldo no supere los dos salarios mínimos, no será sujeto de descuento sobre la renta.
Exención de impuesto sobre la renta
Normalmente, los empleados salvadoreños reciben un salario neto al cual se la ha descontado un porcentaje en concepto de impuesto sobre la renta (ISR). Este descuento aplica tanto para empleados bajo nómina, es decir con un contrato fijo, como para aquellos que laboran por servicios profesionales. Dependiendo de los montos descontados durante el año fiscal, el ciudadano puede recibir un reembolso total o parcial del descuento, o bien deberá pagar una tarifa estipulada por el Ministerio de Hacienda, al momento de presentar su declaración de impuestos cada año.
Sin embargo, existen casos específicos en los que los pagos no están sujetos a este descuento, pues reciben el beneficio de que el porcentaje a descontar sea igual al 0%. En primer lugar, destacan los empleados cuyos ingresos anuales no superan los $4.064, estos están exentos, según lo estableció la reforma tributaria que el Gobierno realizó en 2010.
Para la declaración de la renta del año gravable 2021, los casos especiales sujetos a exención son:
- El Estado Salvadoreño.
- Las Municipalidades.
- Las corporaciones y fundaciones de derecho público y de utilidad pública.
- Industrias ubicadas en zonas francas.
- Algunas inversiones turísticas.
- Empresas editoriales, dependiendo del rubro al que se dediquen.
Es importante destacar que cada caso sujeto a excepción del impuesto sobre la renta es analizado por la instancia correspondiente en el Ministerio de Hacienda, institución que determina si una persona natural o jurídica puede gozar o no de este beneficio.
¿Cuánto tiempo debo tener para la imdemnización por renuncia voluntaria?
De acuerdo al Código de Trabajo, tas dos años laborados continuamente en la misma empresa, los salvadoreños que renuncien de manera voluntaria deberán recibir una compensación equivalente a quince días de salario básico por cada año laborado. Para ser acreedor de este beneficio, es necesario presentar la renuncia de manera formal, por escrito y con al menos 30 días de antelación, para quienes tienen cargos de jefatura; y, 15 días para otro tipo de posiciones.
Al momento de proceder a la renuncia, el empleado está en el derecho de acudir al Ministerio de Trabajo y ser asesorado por un técnico de empleo, para que le extienda un formato de renuncia voluntaria, el cual podrá utilizar como base al momento de redactar la carta formal de renuncia que posteriormente entregará a su empleador.
Al mismo tiempo, el técnico le explicará cuáles son los beneficios que, por Ley, debe recibir de parte de su empleador. Este documento servirá como garantía al momento de presentar formalmente la renuncia en el lugar de empleo, así como al hacer la entrega de la plaza y recibir el finiquito por el tiempo laborado.
¿Cómo puedo solicitar la Indemnización por renuncia voluntaria?
El proceso para ser acreedor del beneficio de indemnización por renuncia voluntaria establece que el empleado está obligado a:
- Informar anticipadamente su renuncia. Si tiene un cargo de jefatura, deberá hacerlo con un mínimo de 30 días, mientras que, si se trata de una posición jerárquica inferior, requiere al menos 15 días.
- Deberá entregar su renuncia de manera formal, a través de un documento escrito, en el que detalle sus datos personales, nombre de la plaza que desempeñó, tiempo laborado y especifique que renuncia voluntariamente a sus labores, detallando la fecha en la que deberá cesar de sus funciones.
- El trabajador tendrá un máximo de 90 días hábiles tras su renuncia para exigir esta compensación. Una vez transcurra esa cantidad de tiempo, el derecho prescribirá y ya no podrá reclamar el beneficio.
¿Cuánto me toca de liquidación si renuncio voluntariamente?
Según lo establecido en el decreto No. 592 de la Asamblea Legislativa, aprobado en enero de 2014, los trabajadores que renuncien voluntariamente a su trabajo, tras haber laborado en la misma empresa o institución de manera continua por, al menos, dos años, deberán recibir el beneficio de 15 días de salario básico por cada año laborado.
Así, por ejemplo, si un empleado recibe un salario básico de $450 mensuales, el equivalente a 15 días será de 225, monto que deberá recibir por cada año laborado. Suponiendo que el empleado trabajó por 7 años en la empresa, su compensación por renuncia voluntaria será de $1,575.
¿Qué otros pagos debo recibir cuando renuncio?
Al momento de renunciar, además de la compensación por renuncia voluntaria, en caso el empleado cumpla los requisitos para tal beneficio, el trabajador tiene derecho a recibir los pagos totales o proporcionales en concepto de aguinaldo y vacaciones. En caso el empleador se rehuse a dar estas compensaciones, el trabajador tiene derecho de extender su caso al sistema judicial.
¿Cómo se calcula la Indemnización por despido en El Salvador?
Cuando un trabajador que ha sido contratado por tiempo indefinido es removido de sus labores sin causa justificada, tiene derecho a recibir una indemnización equivalente a 30 días de salario por cada año laborado. En ningún caso la indemnización puede ser menor al equivalente de 15 días de trabajo.
Por otro lado, si el trabajador tenía un contrato por tiempo definido y es despedido antes de la finalización del mismo, siempre sin una causa justificada, tiene derecho a recibir la totalidad del salario restante para el cumplimiento del contrato. Es decir, que si el contrato tenía una duración de 18 meses, y el empleado es despedido en el mes 14, tendrá derecho a recibir el salario nominal de los cuatro meses restantes para la finalización del contrato.
Es importante aclarar que el cálculo del tiempo nominal que será sujeto al beneficio dependerá del total del tiempo laborado y del salario recibido en dicho período. Por ejemplo, si un empleado recibe un sueldo mensual de $560, y ha trabajado en la misma empresa por 73 meses consecutivos, el cálculo de la indemnización será proporcional al tiempo trabajado, es decir, 6 años y 8 meses, obteniendo un total de $3,733 en concepto de indemnización.
¿Qué hacer ante una vulneración de derechos laborales?
Diferentes circunstancias pueden llevar a un despido injustificado u otras vulneraciones de los derechos laborales. La incapacidad de llegar a un acuerdo entre empleador y trabajador es un escenario bastante usual en el ámbito laboral. Por ello, es importante que como empleado conozcas tus derechos y, al mismo tiempo, sepas qué hacer en caso estos sean vulnerados.
Ante cualquier situación que afecte el pleno goce de tus derechos como trabajador, puedes acudir al Ministerio de Trabajo y solicitar asesoría o interponer una denuncia, si es el caso. Además, puede solicitar acompañamiento en asociaciones o fundaciones que trabajen por el cumplimiento de derechos humanos o, bien, asesorarte de un abogado especialista en este rubro. Muchos casos deben escalar al sistema judicial, pero el Estado está obligado a garantizar el cumplimiento eficaz y oportuno de los derechos de todos los trabajadores.
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Las fases
Los tipos
Identifica las actitudes de los acosadores
Aprende a vencerlos
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Cuando un acosador busca destruir la salud psicológica de un compañero, con el objetivo de lograr que renuncie.
Mejor conocido como Acoso Laboral, este problema ha surgido hace poco, pero ya está afectando la vida laboral de muchos empleados, causando serios daños en su salud emocional y hasta ocasionando también graves secuelas en la salud física de quienes lo sufren.
El mobbing es la conducta abusiva de uno o varios compañeros de trabajo sobre otro. Se trata de un acoso laboral o moral en el que el acosador provoca en su víctima miedo al trabajo y al lugar de trabajo, por medio de una violencia injustificada de tipo psicológico.
Las acciones de los acosadores se centran en crear rumores, insultar, ser hostiles, y hasta agredir física o sexualmente; son premeditadas, conscientes y repetitivas con el objetivo de fastidiarles a sus víctimas la vida, complicarles el clima laboral y hasta lograr que renuncien.
Estas conductas, por lo general, se dan cuando los acosadores ven en sus víctimas una amenaza para sus intereses personales y, sin escrúpulos, suelen utilizar a sus demás compañeros de trabajo para destruir a sus víctimas.
El agravante del mobbing es que las técnicas de agresión utilizadas son sutiles y clandestinas, no dejan huellas, porque las víctimas suelen pensar que su deterioro psicológico o físico es la parte difícil del trabajo que deben soportar en cualquier ambiente empresarial.
El problema ha llegado a niveles tales y en tan poco tiempo que ha sido denominado “La plaga laboral del siglo XXI”.
Las fases
De acuerdo con el sitio especializado en el tema elmobbing.com, las fases de este fenómeno pueden dividirse en cuatro: seducción, manipulación y maltrato, confrontación y violencia física.
Durante la primera fase, el victimario se hace “amigo” de su presa para ganar su confianza, conocer sobre su vida personal, identificar sus debilidades, sus cualidades y capacidades.
Más adelante, comienza con pequeños ataques, “en son de broma”, para medir su respuesta; en esta segunda fase, también comienzan a dañar la imagen de su víctima ante sus superiores e intenta conseguir apoyo del resto de compañeros mediante la persuación, a través de rumores, mentiras, críticas haciéndolo parecer algo trivial e inofensivo.
Una vez que los trabajadores le han perdido el respeto a la dignidad del maltratado la violencia comienza a transformarse en amenazas, insultos, insinuaciones, en ataques verbales continuos y sistemáticos, confrontando a la víctima.
Y finalmente, a la fase de la violencia física solo llegan las más resistentes, ya que identifican el acoso laboral como tal y se convierten en un peligro real para el status personal y profesional del agresor.
Los tipos
El más habitual es el descendente, aquel en el que el agresor ostenta el poder y la víctima es su subordinado. Este tipo de mobbing puede tener varias causas: una personalidad déspota del jefe, las actividades antiéticas con las que se desempeña el jefe y con las que el subalterno no está de acuerdo, un intento del jefe por conseguir la dimisión del empleado sin asumir un despido improcedente, un afán del jefe de colocar a un amigo o conocido suyo en el puesto que ocupa la víctima, desaveniencias políticas, etcétera.
También puede darse del tipo horizontal en el que victimario y víctima están en el mismo nivel jerárquico y se da por celos o envidias profesionales, problemas personales o porque los agresores sienten que el agredido no encaja en su grupo.
El tipo menos común es el ascendente, cuando los subordinados acosan a su superior, cuestionan su estilo de mando, sus métodos, tal vez porque han legado recientemente al cargo desde fuera de la empresa o porque se trata de un compañero que ascendió antes que ellos.
Identifica las actitudes de los acosadores
De acuerdo con elmobbing.com, estas son sus acciones más frecuentes.
1. Comunicación perversa.
Miente, usa el sarcasmo, la burla y el desprecio sin que la víctima comprenda que todo lo dice en serio.
2. Negación del conflicto.
Niega a su víctima que la esté agrediendo y la víctima puede hasta disculparse por si en algún momento ofendió a su agresor.
3. Deformación del lenguaje.
No grita, pero en su tono de voz e #insinuaciones hay reproches, en sus frases sutiles hay agresión pasiva.
4. Mensajes paradójicos.
Su comunicación verbal no coincide con la no verbal, y la víctima puede pensar que los ataques solo están en su imaginación.
5. Manipulación de la culpa.
Mientras la víctima intenta comprender qué ha hecho para merecer ese trato, el acosador la hará cometer errores y responsabilizarlo de ellos.
6. Búsqueda de apoyos.
Con su personalidad, el acosador se consigue un público al que convence con sus bromas hacia la víctima sobre la personalidad del acosado.
Aprende a vencerlos
Estas son algunas recomendaciones de drromeu.net para superarlos.
1. Identificar el problema.
Recursos Humanos puede organizar cursos formativos para que los empleosados conozcan sobre el tema.
2. Documentar las pruebas.
De cara a una demanda legal, es vital registrar las acciones para tener herramientas que avalen los tstimonios de la víctima. Es importante hacer públicas las agresiones.
3. Controlar y canalizar la ira.
Si la víctima explota, habrá alcanzado lo que persigue. Hay que evitar reaccionar para no perder credibilidad ante los demás.
4. No asumir culpas ajenas.
Cuando alguien viola los derechos de una persona y la agrade, no hay diálogo que valga, no hay que justificar los agravios ni tratar de enseñar o intentar convencer al acosador de su mal comportamiento.
5. Optar por la baja laboral.
Lo más importante es la salud emocional, más que el trabajo; buscar asesoría psicológica para perdonar al acosador y sanar; aunque hay que buscar también la justicia judicial.
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¿Tu vida es tu trabajo?
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Gracias al avance tecnológico, desconectarse del trabajo una vez terminada la jornada es cada vez más difícil.
Encontrar el equilibrio adecuado entre el trabajo y la vida diaria es un desafío que afrontan todos los trabajadores. No importa el rubro en el que trabajen, ni si se trata de una pequeña empresa familiar o una gran multinacional. Las familias son las más afectadas.
Uno de los aspectos más importantes en el equilibrio laboral-personal es el número de horas que una persona pasa en el trabajo, y un nuevo tipo de tensión ha surgido como producto del desarrollo de las tecnologías.
Es común que, tras acabar la jornada laboral, muchos de los trabajadores de forma voluntaria o por imposición, sigan conectados a su trabajo a través del teléfono móvil o computadora, alargando así su jornada de trabajo.
Que los empleados reciban llamadas, mensajes o correos electrónicos en fin de semana libre o varias horas después de haber culminado su jornada laboral, les hace más difícil “cambiar el chip” de trabajo cuando están en otro lugar.
Algunas investigaciones indican que un horario de trabajo largo puede resultar perjudicial para la salud personal, poner en peligro la seguridad y aumentar el estrés.
Además, cuanto más trabajen las personas, menos tiempo tendrán para dedicarlo a otras actividades, como el cuidado personal (comer, dormir) o al ocio (vida social con amigos y familiares, pasatiempos, juegos, uso del ordenador y la televisión, etc.).
Muchas esposas se quejan de que sus maridos no las llevan de paseo o simplemente prestan atención porque nunca dejan de trabajar. Los esposos, en tanto, también resienten que estando en casa, su mujer no atiende a la familia o vive en constante estrés porque su jefe no deja de llamarle y preguntarle si hizo esto o aquello.
De manera verbal o haciendo travesuras, los hijos también exigen tiempo y en la mayoría de ocasiones, sus peticiones son respondidas con mayor acceso a un dispositivo móvil o la televisión; o en el peor de los casos, un castigo. Y ni hablar del resto de familia o amigos que siempre acusan al empleado de “no tener tiempo” para nada más que el trabajo.
Incluso la salud pasa factura. Estar constantemente conectado crea estrés laboral o el conocido burnout, un síndrome del “empleado quemado” que incluye fatiga crónica. Cansado, sin conciliación laboral y esclavo del trabajo, el empleado jefe o colaborador, termina transmitiendo el estrés a quienes le rodean.
La “desconexión laboral” comienza a ser una necesidad y derecho. En Francia, por ejemplo, una nueva ley laboral señala que las empresas con más de 50 trabajadores deben regular la desconexión laboral para que sus empleados disfruten de su tiempo libre. Los empleados deben desconectar el móvil y ordenador de trabajo durante 11 horas y tienen derecho a ignorar los correos electrónicos que la oficina les envía fuera de la jornada laboral. Las empresas deben velar porque la normativa se cumpla.
¿Tu vida es tu trabajo?
La capacidad de combinar con éxito el trabajo, los compromisos familiares y la vida personal es importante para el bienestar de cualquier persona.
Los gobiernos y compañías pueden ayudar a resolver el asunto al estimular prácticas laborales solidarias y flexibles; sin embargo, el equilibrio entre la vida personal y trabajo, dice el conferencista Nigel Marsh, es demasiado importante para dejarlo en manos del empleador.
Desconectarse del trabajo y buscar equilibrar actividades profesionales con vida personal no es sencillo, requiere esfuerzo, determinación , pero sobre todo, constancia.
Aunque cueste, ya sea por estar acostumbrados a la rutina o por la presión de un jefe, la desconexión laboral trae resultados que se reflejan en nuestro bienestar físico, emocional y mental.
Aprovecha al máximo tu jornada laboral estableciendo tiempos y lugares específicos para estas actividades. Habla con tu jefe para acordar agendas y objetivos a cumplir.
Y cuando tengas vacaciones o días libres, ¡desconéctate del trabajo!
Combate el estrés laboral con estos ocho tips:
1. Organízate. La disciplina es uno #de los factores clave para lograr una vida más satisfactoria. No solo aplica a nuestro trabajo, siendo #organizados y aprovechando el tiempo al máximo, puedes disfrutar las tareas diarias.
2. Enfrenta y resuelve tus problemas personales y laborales. Sumar tus problemas familiares, de pareja o financieros a los que tienes en la oficina es desgasta
3. Invierte tiempo. Utiliza parte de tu tiempo en conversar con tu pareja, pasar tiempo con tus hijos, visitar a tus padres, familia o amigos o#simplemente para ti, para hacer lo que más te guste. Estar en paz emocional permite afrontar mejor los retos de un ritmo de vida agitado en casa o el trabajo.
4. Edúcate. Trabajar durante una jornada de tiempo completo no debería limitar tu preparación profesional. Hoy en día hay muchos diplomados y cursos en línea. Asistir a un par de clases tampoco cae mal, te permitirá cambiar de ambientes y liberar un poco el estrés.
5. Aprovecha tu hora de comida. Tomar tiempo libre para alimentarse es indispensable para todo trabajador. Además de quitarte el hambre , te permite desconectarte un momento del trabajo y recuperar la concentración. Evita al máximo saltarte tu hora de comida, aprovecha ese tiempo para caminar, ir a un parque cercano, tomar aire fresco o conversar con tus compañeros.
6. Toma vacaciones. Aunque la carga de trabajo sea muy alta, haz todo lo posible por tomar tus días de vacaciones y úsalos con inteligencia. Aprovecha el tiempo libre para descansar, pasar tiempo de calidad con tu familia y relajarte. Evita atender asuntos laborales y frecuentar tu oficina.
7. Promete resultados, no tiempo. Establece tus propios objetivos de trabajo y compromisos familiares. Enfócate en realizar estos propósitos de manera eficiente, así la rutina en la oficina dejará de enfocarse en pasar más “horas extra”.
8. Descansa lo más que puedas de tus dispositivos móviles. La tecnología tiene un doble filo respecto a la productividad: te mantiene informado y en contacto pero también puede esclavizarte al trabajo.
Intenta hacer el ejercicio de no atender llamadas ni correos del trabajo en horas fuera de las establecidas. Asegúrate de respetar el tiempo libre y que tu jefe y compañeros sepan que pueden y deben contactarte solamente en verdaderas emergencias.
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¿Cómo potenciar mi imagen en la oficina?
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No es necesario que uses ropa de marca o que uses un traje formal en el que no te sientas bien. Hay otros aspectos que realzan tu imagen y que pueden ayudarte a mostrar una apariencia segura que te ayudará a escalar en tu empresa.
La primera impresión siempre es importante y más aún si se trata de tu trabajo. En una empresa con muchos empleados, la distinción al vestir, acompañada de una excelente actitud y compromiso laboral pueden agregarle puntos extra a tu carrera profesional.
Si bien es cierto que algunos empleados son muy productivos en su compañía, su forma de vestir dice todo lo contrario: llegan despeinados, con la ropa sucia, rota o con mal olor, lo que da pie a pensar que es una persona sucia, irresponsable y descuidada consigo misma, lo que la aleja de un ascenso laboral o el salto a un trabajo mejor.
Pero para tener buena presencia o imagen en nuestro trabajo no es necesario ser lindo, pues los estándares de belleza quedan a un lado cuando sabemos elegir lo que nos queda bien, siendo acorde a nuestra personalidad y el lugar donde nos desenvolvemos.
Una corbata, un camisa limpia, zapatos lustrados, un vestido ordenado y el pelo en orden son algunos de los puntos extra que se cuentan para tu imagen profesional.
Hay trabajos en los que la vestimenta formal es la regla y otros en los que la dinámica laboral nos permite usar un look más casual. Pero en ambos casos, es necesario buscar la ropa adecuada para la tarea, el cargo y la relación con el entorno.
Si tu trabajo requiere salir constantemente a la calle, tu ropa tendrá que estar de acuerdo con esa actividad. Para las mujeres será inconveniente usar zapatos altos si toca caminar mucho. Pero si la labor se desempeña en una oficina cerrada, lo conveniente es usar ropa más formal.
La ropa que te pongas puede marcar distancia o autoridad, puede hacerte ver y sentir más adulto o responsable. Recuerda que la ropa que elijas debe ser siempre acorde a tu edad, de colores adecuados a tu entorno laboral y cómoda para que puedas desempeñar tu trabajo fácilmente.
El vestuario debe lucir siempre bien limpio, planchado y en perfecto estado de conservación. De nada sirve utilizar ropa de calidad y/o de marca, si ésta tiene manchas, está arrugada, tiene rotos o descosidos, etc. De la misma manera, hay que adecuar el vestuario a la edad. No hay cosa más ridícula que gente de cierta edad avanzada luciendo prendas juveniles poco adecuadas para su edad.
Según los expertos, los profesionales que deseen obtener un mejor desempeño y ejecutan puestos de dirección, tanto en su equipo de trabajo como en sus labores, debe educarse para desarrollar una imagen integral, que abarque factores desde la vestimenta, hasta la identidad y el compromiso.
Actitud
La forma de vestir es una de las piezas que forman la carta de presentación de los profesionales y una de las más determinantes a la hora de triunfar en una compañía. Sin embargo, es la actitud del que la usa la que proyecta liderazgo y personalidad, según explica Beatriz Pereira, psicóloga laboral y miembro de la Federación Latinoamericana de Coaching.
“Son los pensamientos estratégicos, los que una vez que son comprendidos permiten que enfoquemos de manera distinta nuestra imagen personal”, señala la experta.
“Si no se demuestran los conocimientos técnicos, experticia y experiencia, de nada sirve vestir un traje de alta costura. Por ello, el tema de la imagen personal y profesional debe centrarse en un mensaje asertivo para lograr el éxito”, señala.
¿Cómo potenciar mi imagen en la oficina?
Pelo en orden
Péinate todos los días y nunca llegues desaliñado al trabajo, pues eso dirá mucho de tu responsabilidad como persona. Si tu pelo es muy alborotado, trata de amarrarlo con una liga y mantenerlo en orden.
Ropa limpia y en buen estado
Utiliza ropa en buen estado, que combine con tu entorno laboral, y procura que ésta esté siempre limpia y en buen estado. No está bien que utilices ropa vieja, descolorida, descosida o con agujeros y menos que ésta huela mal. Hoy día hay muchas opciones de ropa #de bajo costo que pueden permitirte adquirirla sin gastar mucho.
Aroma
Oler bien es otro de los factores que potencian la imagen de una persona. #Si te aplicas un desodorante, una loción, crema o perfume al salir de tu casa o #a mitad del día, ese olor se convertirá en tu distintivo personal que agradará a todos a tu alrededor. Algunos hombres requieren un mayor esfuerzo debido a su exceso de sudoración, para lo cual será necesario que se aplique un aroma varias veces en el día.
Limpieza
Aunque no lo creas, muchas personas no se duchan antes de ir al trabajo y su olor corporal los delata. Trata de bañarte, lavarte el pelo frecuentemente y lavarte las manos en todo momento, pues eso dirá mucho de tu limpieza.
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En todos los equipos de trabajo siempre hay algo que no anda bien, y muchas veces eso tiene que ver con aquellos que han logrado una cuota de poder en la empresa, pero que tienen poca capacidad de liderazgo.
Este artículo no se trata de satanizar a los jefes, pero tampoco de idealizarlos, simplemente puede ayudarte a identificar a esa persona en la que puedes apoyarte o de la que tienes que cuidarte, cuando tú eres su subalterno.
Muchos artículos definen a un buen jefe como aquel que entiende, apoya y colabora a cumplir las metas personales del empleado, porque con ellas también cumple las del equipo que tiene a cargo.
Pero “no hay nada peor que un jefe respirándote en el cuello”, explica el portal Liderazgo Hoy, que trabaja artículos sobre liderazgo, gerencia mercadeo y crecimiento personal.
“Los mejores jefes son los que transfieren poder. Te entrenan y luego te dan libertad de actuar. Monitorean los resultados, pero siempre sientes que tienen confianza en tu juicio”, detalla el sitio electrónico.
Es importante destacar que para que un buen jefe pueda ayudar a otros, debe convertirse en un experto en su posición y su negocio. Sin embargo, también hay jefes que no entienden el negocio, piensan que siempre tienen la razón y, en consecuencia, llevan en la dirección incorrecta a su personal.
No obstante, los subalternos también deben tomar su rol con responsabilidad y no excusarse de sus errores echándole la culpa a sus jefes.
Lo importante es formar un buen equipo, trabajar juntos, buscar soluciones a los problemas y potenciar las oportunidades.
Algo que influye mucho en formar un buen equipo es qué tanto el jefe, en su rol de verdadero líder, se preocupa por que sus subalternos tengan un salario justo, gocen sus días libres, sus vacaciones y siempre sean tratados con respeto.
Por otra parte, aquel “jefe” del que debes cuidarte es del que recarga todos los errores sobre sus empleados y no asume su responsabilidad.
Si bien es cierto que el 99 % de los empleados trabaja por dinero, también hay otros factores que les importan: su realización personal, sus ganas de aportar a una mejor sociedad, entre otras. Por tanto, es vital para un equipo productivo contar con un líder con el que los subalternos se sientan felices de llegar a trabajar a la oficina.
Cuando los jefes no son líderes natos, se dan muchos casos en los que realmente tienen ganado el rechazo de su equipo de subalternos. He aquí algunos ejemplos:
El metido: El que siempre quiere saber los detalles de tu vida personal y además se molesta cuando prefieres no compartirle esos detalles, porque estás convencido de que en realidad ni le importan.
El visceral: El que es poco reflexivo y tiende a dejarse llevar por la situación y #los nervios. La paciencia no está entre sus virtudes y peca de ser poco empático con quienes le rodean.
El original: El que aporta ideas extrañas, muchas veces poco prácticas, que crean #el caos en el equipo, ya que los cambios constantes en el sistema de trabajo #provocan malos entendidos y confusión.
El amigo: Quiere que lo vean como un igual, fomenta la camaradería y les cuenta entre sus contactos de redes sociales, el que incluso va de juerga, con sus empleados, pero ojo, hay que andar con reserva.
El ideal: El que cree que tiene las mejores ideas y ve en sus subalternos competencia. Nadie es perfecto, pero sí existen los buenos jefes. Si tienes la suerte de encontrarte a uno, aprovecha para aprender de él y seguir creciendo como profesional.
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Las incapacidades constantes por salud
Ser el empleado de bajo perfil
La arrogancia
La manera de comunicarse
Procure la puntualidad
Mantenga la postura en las reuniones sociales
El uso del teléfono celular en reuniones y conversaciones
Quejas y exceso de hablar de sí mismo
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Ser el eterno enfermo, no mostrar mayores ánimos de superación y creerse irremplazable puede sumar puntos en su ruta hacia el despido.
Las incapacidades constantes por salud
Si bien es humano que ante alguna enfermedad, el colaborador se tome unos cuantos días libres, pero si opta por faltar demasiado en los días menos prudentes, por ejemplo, si sabe que sus compañeros tendrán mayor carga laboral, eso podría significar que la empresa decida prescindir de sus servicios. Lo anterior le manda a sus superiores el mensaje de que usted ha perdido el interés por lo que hace. Además abandonar sus labores en una temporada de mayores ocupaciones, genera mala reputación respecto a su desempeño.
Como ejemplo, el portal Trabajando.com señala que cuatro de cada 10 mexicanos inventan la muerte o enfermedad de un familiar para faltar. Otro pretexto común es que se averió el auto o se tuvo un accidente para ausentarse del trabajo.
“Abandonar la empresa en medio de una temporada muy ocupada genera una mala reputación respecto al desempeño. Además, jefes y compañeros terminan por darse cuenta de que son mentiras y que la falta en fechas estratégicas se ha convertido en una rutina para el empleado, lo cual puede dar lugar al despido”, señala Roy Cohen, autor del libro The Wall Street Professional’s Survival Guide.
Ser el empleado de bajo perfil
Si usted es el típico que evita hablar con sus compañeros, huye de los festejos en compañía de la gente del equipo, come solo, y es huraño para comunicarse con sus superiores, tome en cuenta que difícilmente será considerado para un puesto estratégico, e incluso podría estar en el blanco de ser despedido al presentarse un recorte, por ser invisible para el grupo.
A veces no es suficiente trabajar duro, quedarse hasta tarde y ser bueno, hay que jugar en un equipo, si no da a conocer sus ideas e inquietudes a otros, ¿cómo lo tomarán en cuenta? La falta de empatía orilla a que, ante la necesidad de un recorte, el empleado anónimo o de bajo perfil se convierte en la primera opción.
La arrogancia
Es bueno que destaque su talento y dé a conocer sus competencias, pero debe tomar en cuenta que existe una diferencia entre promoverse y sentir que es el único con ideas atractivas en la organización. Sí, sin duda que la falta de humildad puede sumarle puntos para ser despedido.
Tome en cuenta trabajar de la mejor manera sin dejar de lado la estructura y los lineamientos de la empresa, así podrá crecer profesionalmente. No pretenda que la compañía se adapte a su forma de laborar.
Tampoco desafíe o menosprecie el criterio de sus superiores, es un grave error sentirse irremplazable, no crea que es el único en hacer ciertas funciones y, por ello, no prescindirán de sus servicios. La realidad apunta a lo contrario, siempre hay alguien en fila esperando por su puesto, incluso hasta por un salario menor.
Los empleados pasan más tiempo en sus trabajos que en casa, por eso hay etiquetas de convivencia que deben respetar.
La manera de comunicarse
Aunque entre el grupo de colegas exista confianza, el peor de los errores que puede cometer en cuanto a conversaciones es tocar los temas tabú, los chismes de oficina, o interrumpir de manera abrupta las conversaciones de otros.
Recuerde que está con colegas y en su lugar de trabajo, no con amigos. Abordar temas de política, religión y sexo puede estar fuera de los límites normales de tolerancia de algunos compañeros.
Procure la puntualidad
Llegar tarde es un ¡grave error! Para la imagen de cualquier profesional. No llegar a la hora pactada hace perder tiempo a todos los que trabajan con usted, especialmente con el jefe y los clientes puede resultar muy dañino.
Mantenga la postura en las reuniones sociales
Las celebraciones como el aniversario de la empresa, reuniones de fin de año, entre otras, no pueden dejarse de lado y normalmente están hechas para celebrar los momentos especiales de las compañías. Sin embargo, se recomienda no abusar de las bebidas, no tener comportamientos inadecuados y extravagantes con sus compañeros de trabajo.
Quedarse en la fiesta de la oficina hasta que lo saquen y que su jefe lo tenga que llevar a la casa acaba totalmente con su imagen. Otro comportamiento inadecuado es convertir el evento de la oficina en un juego de citas, es decir, aprovechar el momento para entablar relaciones con su compañera de cubículo nunca es buena idea.
El uso del teléfono celular en reuniones yconversaciones
Cuando en medio de una reunión o una conversación se pone a trabajar o a consultar su teléfono celular, usted se convierte en un muro, ausente de respuestas. Aunque es necesario consultar ese dato, en ese momento, en su teléfono, debe procurar disculparse o esperar al final de la oración de la otra persona para hacerlo, y recuerde que debe de mantener el teléfono en modo vibrar o en silencio para evitar las interrupciones(especialmente si ha enlazado su correo y sus cuentas de Twitter y Facebook).
Quejas y exceso de hablar de sí mismo
Para algunas personas el tema de conversación favorito es hablar de sí mismo. Al hacerlo, debe ser considerado con los demás. Estando en la oficina y sobre todo si se va a poner a detallar quejas, debe tener en cuenta que todos sus colegas tienen trabajos como el suyo, a menudo algunos peores. Si se la pasa quejándose por estar tan ocupado, por tener dificultades, por tener sueldo bajo, etc., seguramente molestarán a otras personas que están en igual o en peores condiciones que usted. Lo mismo ocurre si se la pasa diciendo lo bueno que es y que nadie le patea talones.
Recuerde que en su medio siempre hay alguien que está peor que usted, y mientras se queja de todo el trabajo que hay que hacer en la oficina, con aire acondicionado, hay otra persona que camina por las calles caliente, llevando papeles de aquí para allá, sin un minuto de descanso. ¿No lo hace apreciar más todos sus pendientes ahora?
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¿Ser bueno, pasa factura?
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Si bien a todos nos gusta ser buenos profesionales, la constante insatisfacción con el trabajo puede ser un riesgo emocional y físico.
Es la primera persona en llegar y a veces la última en irse. Tiene una disciplina de hierro, mantiene en orden su espacio laboral, corrige y pregunta constantemente a los demás y es fanática del control pues programa y anota todo lo que puede y se inquieta cuando no cumple con el horario.
Ese empleado, o jefe, que cuando tiene una asignación de minutos, se pasa horas y horas evaluando y repasando muchísimas veces si su trabajo es bueno, pertinente, si necesita mejorar, si hay algo más que agregarle o quitarle, etc. Ese, aunque puede ser el colaborador del mes, sufre del famoso “síndrome de empleado perfeccionista”.
Los expertos dicen que este comportamiento se asocia a aquellas personas cuya actitud tiende a buscar la perfección en lo que hace, mejorando su trabajo indefinidamente y sin decidirse a considerarlo nunca acabado.
Normalmente estos empleados están constantemente insatisfechos por sus logros y aunque realicen sus tareas con alto grado de excelencia, su percepción irracional les hace creer que su trabajo no ha estado a la altura, incluso cuando obtienen elogios de los demás.
Si conoces a alguno, o crees que eres un perfeccionista, sabrás que son personas que tienden a marcarse objetivos muy elevados, y al estar tensos casi todo el tiempo parece que no pueden disfrutar de momentos especiales, aunque estos sean pequeños.
Por ejemplo, cuando van por una taza de café, se sienten culpables por tomar un receso de más de cinco minutos y cuando llegan un poco tarde sienten la necesidad de explicar toda su caótica vida.
Un estudio realizado por la Escuela de Negocios Fuqua de Duke, Estados Unidos, asegura que como son tan metódicos, obsesivos y quieren tener todo bajo control, es frecuente que sus superiores les asignen más carga de trabajo que a sus colegas en la misma posición. Sus compañeros suelen pensar que les cuesta menos realizar su trabajo y ellos acaban teniendo la sensación de que su sacrificio pasa desapercibido.
Algunos psicólogos señalan que detrás de estos comportamientos recurrentes existe una gran necesidad de afecto. Su dependencia emocional está ligada a un ambiente familiar de escasa atención y demostración de afecto que puede ser producto de padres exigentes o ausentes de elogios.
Así, equívocamente piensan que la única forma de demostrar que valen es a través de sus esfuerzos constantes.
¿Ser bueno, pasa factura?
Si bien a todos nos gusta ser buenos profesionales, el exceso de autoexigencia u obsesión por no equivocarse, puede ser riesgoso.
Esta actitud, tarde o temprano, pasa factura a relaciones personales, trabajo, familia y hasta a la salud. Estudios también señalan que las personas que son demasiado perfeccionistas pueden sufrir de patologías asociadas al estrés, ansiedad o, en casos extremos, a un Trastorno Anancástico de la Personalidad, que según la Clasificación Internacional de las Enfermedades ( CIE-10, de la Organización Mundial de la Salud) se distingue por su extrema rigidez, estar continuamente sometida a horarios, planificaciones y normas no pudiendo salirse de las mismas y sintiéndose muy mal si no se adapta a ellas.
Además, con el tiempo, los perfeccionistas pueden quejarse (o no) de agotamiento excesivo por el estrés, que a su vez causa desgaste psíquico y malestar psicológico. También puede llegar al deterioro de autoestima, tensión emocional o falta de compromiso con el trabajo; y efectos más notorios como sudoración en las manos, dolores en las articulaciones, problemas de insomnio, alteraciones gastrointestinales o de la presión arterial, etc.
Trabajar con un perfeccionista también puede ser agotador para sus colegas, jefes o subalternos. Si eres un maniático del control, relájate. Cuida tu autoestima y reconoce tu valía. Sé consciente de que mereces un tiempo y espacio para ti.
No te pongas objetivos o metas demasiado elevadas. No le digas al jefe o colegas lo que quieren escuchar, demuestra con acciones que puedes hacer bien tu trabajo. Es mejor que prometas tres cosas y las entregues bien que te autoexijas 10 y mueras de estrés cuando solo lleves seis.
En cambio, si tienes algún compañero o jefe que sufre del síndrome del perfeccionista, ayúdale. Crea una cultura de trabajo en la que tus compañeros sientan apoyo en ti y tú en ellos.
Si tomas como parte de tus actividades diarias, motivar a tu equipo y estimular la confianza en el ambiente laboral, te será más fácil recibir las mismas atenciones. Si tienes problemas, no temas en pedir ayuda y si ves un error, corrige pero no exageres. Por último, sé feliz y haz feliz a los demás.
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Diversos estudios lo confirman: hacer un espacio en la rutina laboral para tomarte un café y charlar con los compañeros reduce el estrés y mejora la creatividad para seguir con el trabajo.
Son las 3:00 de la tarde y en la cocina de la empresa ya huele a café. Es la hora de tomarse un descanso,charlar con los compañeros de trabajo y distraerse un momento de la rutina diaria.
Para muchas personas esta es una pausa necesaria que les permite desestresarse por un momento y tomar un nuevo impulso para lo que resta de la tarde de trabajo. Y esta práctica es respaldada por reconocidas universidades y centros de estudios, que consideran este momento como esencial dentro del trabajo cotidiano.
Investigadores del Manitoba Institute of Trades and Tecnology (MITT) realizaron un estudio con un grupo de trabajadores de un call center y se demostró que cuando la pausa del café estaba planificada para todos a la misma hora, al final de la jornada su productividad había aumentado.
El Instituto científico determinó que el consumo de café mejora el desempeño del trabajo y reduce los errores, porque la cafeína permite que algunos neurotransmisores como la epinefrina y la dopamina actúen más rápidamente y nos mantienen en estado de alerta.
El estudio agrega que la cafeína puede tener un efecto positivo en la memoria de corto y largo plazo las cuales se encargan de que lo que aprendemos en el día sea guardado por nuestro cerebro. Algunos estudios demuestran que las personas que consumen café regularmente realizan mejor los test cognitivos que los que no.
Otra razón del porque es beneficioso tomar café en el trabajo es que puede ayudar a aliviar dolores de cabeza y cuello. La mayoría de las personas pasan muchas horas delante de una computadora, por lo que están propensos a desarrollar dolores de espalda, cuello, muñeca o antebrazo. Los que consumen café sienten alivio al momento de tomar esta bebida. Además hay ensayos clínicos que pueden corroborar dicha información.
La cafeína, además ha demostrado que tiene valor terapéutico, ya que puede ayudar a minimizar los dolores de cabeza, por lo que, muchos analgésicos han incorporado este ingrediente a su composición.
Ahora se ha comprobado que por sí sola, la cafeína también es efectiva. Si te duele la cabeza en la oficina y no quieres recurrir a la medicina tradicional, prueba beber una taza de café.
También lo confirma el Centro de Información Científica del Café (COSIC) que ha recopilado diversos estudios que demuestran que tomar café con moderación mejora el rendimiento en el trabajo y reduce los errores.
La Universidad de Copenhague en Dinamarca también publicó en la revista Symbolic Interaction que tomarse unos minutos para beber una taza café en el lugar de trabajo puede disminuir niveles de estrés entre los empleados, favoreciendo su salud mental.
La investigadora Pernille Stroebaek alerta que un alto para el café cumple importantes funciones psicológicas y sociales en los centros de trabajo. La psicóloga además encontró beneficioso los “15 minutos de café” luego de realizar una entrevista a 20 empleados de un centro de asistencia social, en Copenhague, Dinamarca.
El grupo estaba a cargo de atender casos sociales, como adopciones, conflictos familiares y divorcios, trabajos con una alta carga emocional. “Todos ellos calificaban sus trabajos como muy estresantes y demandantes”, subraya la investigadora en dicho artículo.
De hecho, el grupo narró que se tomaban un momento en el día para tomar café, el cual era un momento espontáneo e informal, en el que comentaban casos complicados con otros funcionarios en el cual liberaban tensiones emocionales derivadas de estas situaciones de crisis y estrés que debían resolver.
Aunque estas conclusiones deben ser investigadas por estudios más amplios, la psicóloga recalcó que la pausa para el café: “No puede verse como un gasto de productividad, sino que puede tener un importante valor emocional y social para las organizaciones”, señala su reporte.
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Eres el nuevo de la oficina y ahora tienes que enfrentarte a un nuevo mundo de oportunidades y responsabilidades.
Por fin has conseguido el trabajo que querías y ahora el reto es adaptarte. Por mucha experiencia que hayas tenido en tu anterior empleo, llegar a una nueva empresa requiere de tu paciencia y mente abierta para conocer un mundo nuevo en el que puedes destacar tus mejores cualidades como trabajador.
Un nuevo horizonte de oportunidades se abren para ti y debes tomarlo con un gran reto de mejora profesional para adaptarte a las nuevas tendencias del mercado laboral internacional.
Y la adaptación no solo pasa por conocer a nuevos compañeros o tener un mejor escritorio y diferentes responsabilidades. Como nuevo empleado también tienes que ver más allá de tus tareas para alcanzar el éxito que quieres y crecer profesionalmente.
Una de las primeras cosas que debes tener muy claro al llegar a tu nueva empresa es el perfil de la compañía y quiénes son sus aliados. Con este dato básico puedes saber cuáles son las arenas en las que te moverás y cuáles son tus oportunidades futuras. Es bueno saber si la empresa tiene muchos años de trayectoria y cuáles reconocimientos ha tenido en el país. Eso te permite saber si estás en una compañía sólida que te garantizará una estabilidad económica y respetará tus derechos como empleado.
Después de saber quién será tu empleador, sigue el reto de conocer a tus jefes inmediatos. Así como es importante conocer el perfil de la empresa que te ha contratado, también tienes que conocer el perfil de tus superiores. Mira si son amenos, estrictos y comunicativos en su entorno. Reconoce cuál es su forma de trabajo y cuáles son las prácticas que le desagradan.
Así tendrás claro cuál será tu comportamiento de ahí en adelante y podrás ser más prudente a la hora de entregar tu trabajo, pedir permisos, presentar excusas y más.
Tus compañeros de trabajo son el otro gran grupo a conocer y si es una empresa, grande, encontrarás de todo. Tu grupo de área será el primero a considerar para hacer amigos, aunque la afinidad no siempre se encuentra en el equipo de trabajo. Con este grupo también tienes que ser muy abierto pues puede que conozcas a personas con las que lograrás simpatía y aún así tengas que trabajar con ellos.
Si por el contrario, tu grupo de trabajo es ameno y te recibe con los brazos abiertos, trata de corresponderles en la misma forma no solo en amistad, sino también en colaboración de trabajo.
Psicólogos a nivel mundial han determinado que un grupo de trabajo donde hay compañerismo y amistad es mucho más eficiente que uno en el que hay recelos y envidias.
Y claro está, lo más fácil de llegar a un nuevo trabajo es acomodarte a una nueva oficina. Puede que tengas más espacio que en tu anterior trabajo o puede que sea todo lo contrario. Lo importante que tienes que saber es que es tu espacio personal y debes cuidarlo como si fuera un parte importante de tu casa. Sé ordenado y trata de mantener todo limpio pues esta es una característica que también es muy valorada entre los jefes.
Entre otros aspectos que parecen irrelevantes, pero que también son importantes están tu forma de vestir y tus hábitos personales como tomar café a determinada hora, fumar o comerte un refrigerio.
De más está decir que en tu nuevo empleo el reto más grande es aprender de todo y tomar estas nuevas experiencias como un aprendizaje que mejorará tu vida profesional. Todo lo que hagas o dejes de hacer en tu nuevo trabajo formará tu perfil en esta nueva empresa y te hará más exitoso en el futuro.
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La garantía
Plan de negocios
¿A quién pedir apoyo?
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La falta de dinero es el principal obstáculo por el que mucha gente no se amina a poner un negocio propio. Te contamos algunos puntos que debes tener en cuenta si quieres generar tu propio salario.
Para iniciar un negocio propio, el esfuerzo y la creatividad son los insumos más importantes, pero siempre falta tener un capital con el cuál iniciar el trabajo. Obtenerlo no tiene por qué ser tan difícil si se sabe planear bien el momento de emprender.
Cuando una persona decide tener un negocio propio siempre llega a enfrentarse con una pregunta ¿con qué recursos empiezo? Quizás la parte más agobiante es que aunque se tenga herramientas, materia prima, ingredientes o recursos, en algún momento se necesita dinero para más. Entonces, si uno empieza un negocio para tener dinero ¿de dónde se consigue el dinero para empezar? La respuesta es que hay que prestar, no queda de otra.
Sin embargo para un emprendedor la cuestión es saber cómo y de dónde tomar ese dinero prestado. Hay que tener en mente que se debe conseguir una suma que se pueda pagar con el propio negocio en el corto o mediano plazo, para así no tenerle miedo a esta deuda.
El portal web Gananci.com hace una sugerencia muy importante para todos los emprendedores. Antes de salir hacia un banco conviene preguntarse ¿Necesito un préstamo?
Si el negocio es bastante pequeño, o se hará como adicional al trabajo formal, posiblemente no sea necesario acudir al sistema financiero.
Familiares o amigos, pueden prestar un poco de dinero. Tal vez con unos meses de ahorro se junte una suma suficiente, incluso, también está la opción de pedir ayuda a través de la internet usando un sitio de crowdfunding.
Otro punto que conviene entender es que pedir un préstamo para iniciar un negocio es difícil ¿por qué? Pues porque los bancos y cooperativas lo ven como una operación de riesgo. Al ser una empresa nueva, siempre hay dudas de si tendrá clientes, si el manejo administrativo será bueno o habrá rentabilidad para pagar todos los gastos.
Aunque un buen historial crediticio ayuda, es un record del dinero que se ha usado sobre todo con fines personales. Un negocio en cambio tiene riesgos y variables adicionales. Aquí hay algunos elementos adicionales que pueden tener en mente al buscar financiamiento.
La garantía
Cuando un banco no quiere prestar dinero es porque cree que el negocio, o su dueño, no podrán pagarle. Entonces hay que definir los medios con el que se podrá pagar o en todo caso el “plan B”, en caso de que el emprendimiento no salga como se espera.
Conviene tener al menos una idea general de estas garantías al conversar con una entidad financiera, aunque no sea de las primeras cosas que van a preguntar.
En concreto: hacer un inventario de qué se pondrá en garantía si el negocio no alcanza para pagar el préstamo.
Una casa, un vehículo, joyas, maquinaria o herramientas pueden ser propiedades valiosas para colocar como garantía. Esta también es una decisión delicada, pues puede afectar al grupo familiar, si el negocio no funciona bien.
El otro elemento que funciona como garantía es un fiador. Sin embargo esto puede ser difícil ya que pocas personas están dispuestas a asumir un compromiso de este tipo o son capaces de hacerlo.
Un fiador o garante debe de ser alguien con una buena y estable situación económica, el cual podrá responder si la persona que contrata el préstamo tiene problemas para pagarlo.
La otra forma de convencer a un banco de que podemos pagarles es mostrar el potencial del negocio, Gananci.com recomienda que se muestren órdenes de compra o contratos. Así se respalda que hay clientes de confianza, estables, dispuestos a pagar por los servicios de nuestro emprendimiento. Esta es una muy buena estrategia si el dinero se necesita para expandir el negocio que ya se tiene o pasarlo al sector formal.
Plan de negocios
Presentar un plan de negocios es prácticamente indispensable para obtener financiamiento. Además, uno bien planificado y atractivo es capaz de convencer a un inversionista sin más palabras.
¿Qué es un plan de negocios?
Se trata de un documento que de manera técnica y detallada expone tu idea de negocio. Si, por ejemplo, se sueña con abrir un pequeño negocio de asados, los detalles se ponen en el plan de negocios.
El documento menciona en qué zona se establecerá el negocio, cuál es la posible competencia y el potencial mercado de clientes. También indica cómo se venderá: en un restaurante, a domicilio, por encargo, por línea, etc. Establece posibles precios, menús, presentación de comida, ambientación.
Incluye además la poco atractiva pero necesaria parte de las finanzas. Cuánto dinero se necesita para empezar, cuánto se invertirá en insumos. También proyección de ingresos y cuánto quedará de ganancia después de quitarle lo que se necesita para reinvertir y pagar gastos.
Este documento permite pasar de un “me gusta asar carne, podría ganar dinero con eso” a “un quiero hacer un negocio que cumpla con estas metas”.
Dicho todo lo anterior, todo emprendedor debe de recordar que el dinero no lo es todo. Un fajo de billetes no puede lograr por si solo lo que hace la perseverancia, la creatividad y el servicio al cliente. Y es que tener un negocio propio da independencia, libertad por lo que disfrutar el trabajo y esforzarse es lo que permite alcanzar una buena rentabilidad.
¿A quién pedir apoyo?
Es común que pedir el dinero prestado para un negocio resulte abrumador, sobre todo si la única persona involucrada es uno mismo. Sin embargo, armar un plan de negocios y conseguir dinero no es algo que necesite hacerse en solitario.
En El Salvador existen varias entidades que dan apoyo técnico a los emprendedores, ayudando a dar forma a sus ideas, redactar el plan de negocios y buscar la mejor forma de financiamiento.
Desde el sector público la más conocida es la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype) y las diferentes entidades socias como Cdmype, Fundación Centromype y otras. Desde el sector privado existen bancos, sociedades cooperativas y cajas de crédito que también dan asesorías para iniciar un negocio.
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No sentirse apreciado
Falta de reconocimiento
Bajo salario
Problemas de personalidad
Pobre coordinación
No hay posibilidad de crecimiento
Desarrollo profesional limitado
Ausencia de retos
Aburrimiento
No sentirse realizado
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El desgaste de la rutina, poca motivación y otros motivos hacen que un buen colaborador piense en migrar de una empresa. Descubra 10 razones por las que algunos toman la opción de volar.
No sentirse apreciado
Si un colaborador no se siente apreciado en su trabajo actual, puede que considere renunciar. Puede resultar desafiante darlo todo por un rol dentro de la empresa y sentir continuamente que nadie ve o valora su trabajo. La motivación puede declinar severamente en este tipo de situación cuando un empleado, que de otra manera sería bueno, no recibe retroalimentación de su supervisor o jefe de la empresa en sí.
Falta de reconocimiento
Este motivo va mano a mano con la falta de apreciación en cuanto a las razones por las cuales las personas dejan sus trabajos. Según un artículo publicado en la revista pyme.lavoztx.com si otra persona toma crédito por su trabajo, un colega recibe una promoción basándose en sus contribuciones, o su jefe no reconoce el rol que el colaborador cumplió en un proyecto, puede hacer que se sienta devaluado.
Bajo salario
Si no siente que se le está compensando adecuadamente por su trabajo, eso también puede ser la vía directa para la renuncia. Esto es especialmente cierto si siente que hay discrepancias salariales importantes e su división, o que no lo tomaron en cuenta para un aumento salarial anticipado. Una persona que se siente mal pagada siente que no tiene un valor significativo para la compañía, lo que puede llevarlo también al resentimiento.
Problemas de personalidad
Si bien siempre habrá al menos algunos conflictos de personalidad menores en el trabajo, si esta tratando continuamente con alguien que no le agrada, puede que esto también lo lleve a renunciar. Este tipo de situaciones obedecen a veces a la falta de comunicación o que simplemente está lidiando con personas con una actitud diferente a la suya, y si no hay una manera de llegar a un compromiso o “estar de acuerdo en estar en desacuerdo”, los pequeños problemas puede acumularse a lo largo del tiempo. Esto es especialmente cierto si la persona con la que tiene diferencias es su jefe.
Pobre coordinación
Los empleados mal manejados renuncian con frecuencia porque no sienten que tiene dirección profesional. Si su jefe no lo entrena adecuadamente o no lo apoya en sus funciones laborales, puede ser frustrante. Las personas que sienten que están a la deriva en el trabajo pueden desencantarse con su puesto y toman la decisión de migrar a otros horizontes.
No hay posibilidad de crecimiento
Si llega a la máxima posición que puede obtener en la compañía, puede que sienta que no tiene otro lugar donde ir profesionalmente. Esto puede hacerle sentir que no hay desafíos para usted con su empleador actual. Las personas que llegan a la cima de su escalera de trayectoria muchas veces renuncian en busca de nuevas oportunidades.
Desarrollo profesional limitado
Los profesionales de carrera siempre están buscando mejorar las habilidades y aprender cosas nuevas. Si su empleador actual no ofrece oportunidades de desarrollo profesional, puede que se sienta estancado desde un punto de vista de enriquecimiento profesional. Las persona que no sienten que la empresa para la que laboran les provee suficientes oportunidades de desarrollo, pueden dejar sus trabajos para buscar oportunidades exteriores.
Ausencia de retos
Si su trabajo le parece parco, simple y aburrido, probablemente no se está sintiendo desafiado. Las posiciones estáticas y monótonas muchas veces alejan a las personas porque no hay nuevos desafíos para tomar. Si es alguien que necesita oportunidades profesionales en cambio constante, puede que se vea forzado a encontrarlas en otro lado.
Aburrimiento
Los trabajos repetitivos orientados a tareas pueden llevar al aburrimiento, lo que puede incidir en que un día laboral se sienta interminable. Si está aburrido en el trabajo, probablemente no se está desempeñando con todo su potencial, lo que con frecuencia significa que no encuentra la suficiente pasión en lo que hace. La necesidad de emociones y nuevas experiencias puede llevar a que las personas renuncien a un trabajo a favor de otro.
No sentirse realizado
Si no se siente realizado o no disfruta de lo que hace, su carrera no lo hará sentirse realizado. Muchas personas renuncian a sus trabajos porque no sienten que estén realizando una contribución significativa a su profesión.
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Incentivos de experiencias
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El problema de algunas empresas es que no apuestan al crecimiento profesional de sus talentos y esto termina por afectar la productividad.
Cuántas veces no hemos escuchado de profesionales que llegan al límite de decepcionarse porque sus puestos de trabajo se han convertido en un árbol de raíces profundas inamovibles, o que estas mismas personas se sientan resentidas porque algunos puestos de mayor jerarquía son asignados a personas que vienen de fuera, o en varios casos, a la misma gente que ya tiene otros cargos de más alto nivel dentro de las empresas.
Quizás la mayoría de personas que tienden a quejarse de estas situaciones no lo hacen por gusto, sino porque realmente han llegado a sentirse desmotivadas por las circunstancias.
Uno de los problemas de muchas empresas es que no se preocupan por motivar a sus colaboradores para que estos perciban que hay un interés de por medio porque estén bien, porque puedan avanzar como profesionales, y adquirir nuevas experiencias, entre otras cosas.
Esto termina por afectar el desarrollo de cada individuo, y en muchos casos, por contagiar la actitud del equipo.
Bob Nelson, en su libro “1502 formas de recompensar a sus empleados”, enfatiza que incentivar a los empleados define una buena cultura organizacional y fortalece la imagen y reputación corporativa de la empresa, ya que ayuda a consolidar a la compañía como un excelente lugar para trabajar.
Los jefes deben apostar por algunos tipos de incentivos para mantener a los empleados felices y satisfechos, que les garantice ser los empleadores que todos quieren, según lo apuntan los expertos en el tema.
Incentivos de experiencias
Uno de estos son los incentivos de experiencias. Esto implica brindarle a los empleados oportunidades de viaje, de capacitaciones, de ascensos, de nuevos compromisos, que al final de cuentas les ayudarán a enriquecer conocimientos y a crecer como profesionales.
El crecimiento profesional va unido a tener oportunidades para realizarse desempeñando una misión suficientemente interesante y relevante, en la que combinan el propio liderazgo y el apoyo de la organización. Esto les permite desplegar su talento y su potencial real, y tener éxito en la consecución de la misión asignada.
Cuando una empresa cuenta con personas que constantemente están motivadas a hacer crecer la empresa y a dar lo mejor de sí, contará con personas que incluso llegarán a cuestionar, respetuosamente (claro está), ciertos aspectos de la empresa con el afán de que sean corregidos y así solventar problemas que no permiten generar un cambio para mejorar.
El gran problema surge cuando a los colaboradores en lugar de motivárseles se les da el “empujón” para que sientan todo lo contrario.
Mientras en una empresa se siga promulgando que los empleados no hacen lo que deberían por la empresa, y se les viva repitiendo a los empleados que “para eso se les paga”, cada vez se alejará más y más la misión cultural de la empresa de crecimiento de sus profesionales.
Muchas veces ni siquiera se les paga a las personas que se destacan o rinden lo que corresponde de acuerdo con su desempeño, porque se les mide según el rango con el cual labora en la empresa y “se mata” trabajando, y “se confunde” muchas veces y se compara una actividad operativa con una actividad creativa, llevando esta última al mismo nivel, cuando muchas veces el trabajo pesado lo realizan los de más bajo nivel.
Y el mayor problema aún no radica solo en que a estas personas que hacen el trabajo pesado se les pague menos, sino en la falta de motivación que tienen estas personas por realizar de la mejor manera su trabajo.
¿Cuántas personas no renuncian por estas situaciones?, ¿En qué beneficia a la empresa la renuncia de gente que tiene la capacidad y la trayectoria?, ¿Cual es la finalidad de la empresa al resignarse a seguir contratando personal porque mantienen el lema de que nadie es indispensable?
Para una empresa permitir que la gente se vaya no solo implica que se puede reducir la producción, sino que le implica costos en términos de capacitación para el nuevo personal, tiempo para que esta nueva persona aprenda; además, implica que recarga el trabajo a las demás personas.
Si los demás se sienten cargados y cansados, probablemente acabarán por manifestarlo con su actitud y su productividad.
Por ello Bob Nelson recomienda que las empresas deben contar con estrategias para reconocer la labor del empleado y agrega que este reconocimiento debe ser reflexivo, oportuno y específico; ya que reconocer las buenas labores de los empleados conlleva un mejor futuro para las empresas.
Nelson señala: “Quien siembra, cosecha”: cuando se les otorga a los empleados un reconocimiento relacionado a su excelente desempeño, estos suelen repetirlo a futuro porque esto los motiva a superar los objetivos planteados.
Agrega que el mejor reconocimiento es gratuito: darle ánimos, una felicitación o elogios para con los empleados fortalece el compromiso de estos con la empresa, ya que los elogios abonan al desarrollo profesional y al crecimiento.
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Bondades de un cambio
Dejando el nido
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Muchas veces uno llega al punto en que ya no se siente feliz o cómodo en el trabajo que uno tiene, es ante esto que a veces puede ser recomendable buscar un nuevo empleo.
Dejar un empleo a veces puede ser señal de mejores oportunidades. Puede ser para algunos, una forma de buscar nuevos rumbos y de poder encontrar un lugar de mayor comodidad en su profesión.
Sin embargo hay que tener cuidado al momento de dejar un trabajo para ir en busca de otro. Muchas veces creemos que hemos tomado la mejor opción, nos vamos y nos encontramos anhelando poder regresar a nuestro viajo trabajo.
El portal de universidades en Perú, Universia, publicó algunos aspectos que se deben de tomar en cuenta al momento de dejar un puesto de trabajo.
La mayoría de estas son preguntas que uno debe de realizar y estar seguro de su respuesta. Primordialmente, se debe tener presente qué tan feliz está uno con su puesto de trabajo actual.
Aunque muchas personas consideran que un aumento salarial, o un mejor salario son señales de un mejor trabajo, también se debe de tener en cuenta que esta no es la única motivación, ni garantía de felicidad.
Se debe tomar en cuenta que, entre los principales aspectos, están el ambiente laboral y las posibilidades que uno podrá tener a futuro de crecer en la empresa. Esto puede ayudar a que se genere un mejor panorama del tipo de puesto al que uno estará llegando.
Un segundo punto que expone Universia es la disposición que uno puede tener de empezar de cero. En varios casos, el cambiar de empleo, ya sea hacia otra empresa o incluso hacia otro departamento en la misma compañía donde uno ya labora, puede implicar empezar de cero.
Esto incluye todos los elementos que eso ya implica: adaptarse a una nueva oficina, jefe, compañeros y herramientas de trabajo.
Es importante tener en mente que, antes de hacer ese salto, se debe tener por lo menos un año de estar laborando en el empleo que desean dejar, eso también ayudará a sentirse más seguro y confiado de la decisión que uno toma.
Hay personas que al cabo de unos meses de estar en un puesto de trabajo desean dejarlo, lo recomendable es haber laborado suficiente tiempo como para saber exactamente qué es lo que uno está dejando atrás, y no encontrarse con arrepentimiento.
Un tercero, e importante punto, es preguntarse si es el momento ideal para hacer un cambio en la carrera. Esta es otra pregunta esencial que uno debe de hacerse y, aún más importante, saber contestar sin titubear.
La institución Universia asegura que no todos los momentos profesionales son igualmente apropiados para cambiar de empleo. Uno debe de ejercer un análisis profundo sobre los pros y contras de hacer ese cambio. Se debe reflexionar si el momento es el adecuado para enfrentar un desafío, de otra forma lo que pudo haber sido la mejor decisión de tu vida puede convertirse en un suplicio.
Pero la pregunta de oro es ¿En qué compañía te gustaría trabajar? Saber adónde o en qué área uno desearía trabajar. Una vez uno toma una decisión de cambiar de empleo, es recomendable hacer una lista de las empresas o departamentos en donde a uno le gustaría trabajar, y luego actualizar el CV para empezar a aplicar.
Finalmente, Universia recomienda que es preferible ver las ventajas que tiene estar en ese nuevo puesto de trabajo. Uno puede hacer esto al hacer una lista de pros y contras, pero también se puede tratar de hablar con alguien que ya este laborando en esa empresa o ese departamento. Esto ayudará a tener una mejor imagen de lo que uno llegará a enfrentar.
Bondades de un cambio
- Distintos entornos y procedimientos de trabajo requieren de la adquisición de distintas habilidades y eso te beneficiar.
- Quien busca innovar y salir de la zona de confort está habituado al cambio: lo busca, lo acepta y lo gestiona sin problemas, lo que se convierte en una ventaja a futuro.
Dejando el nido
Una vez ya se tomó la decisión y uno está listo para irse, no puede simplemente abandonar ese puesto de trabajo. Se deben de seguir algunos pasos para dejar una buena imagen con su decisión de irse.
La revista digital Merca 2.0 recomienda que se debe dar un aviso de 10 días hábiles de anticipación antes de dejar un puesto de trabajo.
Aunque dos semanas es muy poco para contratar un reemplazo, se supone que esta tiempo está destinado a ese objetivo, según la publicación de Merca 2.0.
No obstante, este no solo es un aviso para el jefe, quien debe conocer con buen margen de tiempo, pero también es un tiempo para cerrar compromisos con el equipo. No irse dejando cabos sueltos. Por otra parte se debe hacer con un margen de tiempo suficiente para poder finalizar todos los proyectos que se estaban realizando, de otra forma, podría dar la percepción de irresponsabilidad.
Un segundo punto es platicar la salida; es decir, desde que se toma la decisión de irse, hay que discutirlo y hablarlo bien con el jefe y compañeros de trabajo. Sea cual sea el motivo de irse, es bueno que todos sepan que quieres irte.
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Aunque no lo parezca, muchas personas encuentran muy difícil el regreso al trabajo. En esta edición presentamos algunos tips para lidiar con la ansiedad del trabajo y el vacío que queda al dejar de vacacionar.
Terminaron las vacaciones y es momento de regresar al trabajo. Entrar a la oficina y no saber qué hacer primero, o no juntar el ánimo para empezar es una situación común. No se trata de falta de empeño, sino que se necesita un breve periodo de transición antes de retomar el ritmo cotidiano de trabajo.
Lo que se debe tener en cuenta es la manera de lidiar con este proceso de forma ordenada. Lo primero es el estado de ánimo. Pese al cansancio físico se debe procurar asistir lo más relajado posible al primer día de trabajo. Dormir lo suficiente la noche anterior, comer algo ligero, iniciar la rutina del hogar con tranquilidad son algunas cosas que se pueden hacer para que el regreso al trabajo no sea de golpe.
Un problema común es experimentar estrés posvacacional o una leve depresión. Esto se puede deber al repentino cambio de actividades y ambientes. El sitio actitudfem.com recomienda procurar que estos cambios no sean bruscos, sino incluir estas actividades en la rutina diaria o dejarlas poco a poco.
En otras palabras, si se practica ejercicio durante la vacación, por ejemplo, es buena idea mantener algunas de estas rutinas en el día a día, quizá con menos tiempo de práctica o ejercicios menos intensos. Así el cuerpo se mantendrá activo y quemará suficiente energía. Incluso existe la posibilidad de que se convierta en un hábito saludable.
Otra práctica que recomienda el sitio es no abandonar por completo los espacios abiertos. En recesos o almuerzos puede ser beneficioso procurar áreas al aire libre. De esta manera se puede contener la posible depresión que se siente al pasar, de golpe, a un ambiente encerrado, con luz artificial y demasiado (o nulo) aire acondicionado.
Un error común es cargarse uno mismo con ideas negativas como “se acabó el descanso” o “hay mucho que hacer”. Lo mejor es recibir el día como si fuese uno más, con la misma vibra positiva, sabiendo que en unas horas se volverá a casa a continuar con la vida. Pero estas son solo maneras de prepararse anímicamente tras el fin de las vacaciones.
Lo que permite controlar al máximo el estrés posvacacional es la forma en que se organice el primer día de trabajo. Ya en la oficina lo primero que se debe tener en cuenta es que, salvo casos muy excepcionales, nadie logra atender todo el trabajo pendiente y retomar la rutina desde el primer día. Se recomienda, por lo menos, dedicar la primera mañana a todas las cosas pendientes y tareas necesarias para reanudar labores.
No importa cuál sea la política de sanidad en la oficina, o que todo parezca ya estar limpio, al regresar se tiene que dedicar unos minutos a limpiar el espacio de trabajo y ordenar todo el equipo. Todos esos días sin gente en la oficina significan que el polvo se acumuló en sillas, teclados, detrás de los monitores, tasas, plantas y muebles, etc.
Por otro lado, también conviene revisar que todo el equipo esté en orden y funcionando. Así se evita sorpresas indeseables como descubrir que una batería murió durante la vacación o que el impresor de la oficina no tiene tinta cuando se necesita empezar a imprimir.
El siguiente paso es ordenar las prioridades. Esto quizá es algo que ya se hizo, en alguna medida, antes de salir de vacaciones. Seguro hay reuniones importantes para las que prepararse, proyectos que deben revisarse lo más pronto posible. Es conveniente hacer una lista, por lo menos mental, de estas cosas calificándolas por prioridad o carga laboral.
En otras palabras, aunque retomar un proyecto sea indispensable o urgente, de nada sirve considerarlo la prioridad de la lista si el trabajo es demasiado complejo para el primer día o si las demás personas involucradas aún no están disponibles.
Así, además de la urgencia, el segundo criterio debe ser la facilidad para hacer dicha tarea y el tercero cuándo tiempo consumirá. En el ejemplo de la reunión, si ya se tienen listos los archivos de contexto y la presentación, significa que puede ser de las primeras tareas a realizar ya que solo falta imprimirlos y compaginarlos.
La impresión puede hacerse inmediatamente, mientras que engrapar y preparar un fólder puede hacerse en unos minutos. Una de las cosas que en definitiva deben hacerse en las primeras horas es revisar las cosas pendientes. Uno de ellos es el correo electrónico. En el peor de los casos serán 100 o más mensajes sin leer.
Por ello conviene echar un vistazo rápido a los remitentes y el tema de cada correo, para así detenerse a leer o responder solo los más importantes. Eso sí, no se debe dejar el resto de mensajes sin leer indefinidamente. En algún momento hay que atender esa parte del trabajo para no tener nada atrasado.
Algunos trabajadores acostumbran avisar a sus contactos más importantes que van a ausentarse y luego les notifican cuando están disponibles de nuevo. Aunque es una muy buena práctica hay que enviar este mensaje solo cuando en realidad se está disponible para ellos.
De nada servirá empezar a recibir documentos o peticiones si uno aún está limpiando el polvo del teclado y tratando de recordar dónde quedaron los lapiceros.
Parte de organizar el trabajo es darse cuenta que no todo estará listo el primer día. Por ejemplo, se puede necesitar una confirmación por parte de una persona que aún no ha vuelto a trabajar o simplemente no contesta. En estos casos conviene preparar una agenda para los próximos días o semanas. Así se tendrá una estimación sobre cuándo se puede avanzar con ciertas tareas o cuál es la fecha límite para completarlas.
Algo que no se debe hacer es llevar trabajo a la casa. Se puede creer que de esta manera se avanza más rápido. Sin embargo, con ello se puede correr el riesgo de hacer las cosas con urgencia, no con el cuidado necesario.
Además, saturarse de trabajo luego de vacaciones no es necesariamente la opción más saludable. Con estos tips el regreso al trabajo puede ser más fácil y organizado. En cuestión de días se debería hacer retomado por completo la rutina diaria de labores.
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A partir de los cuatro años
A los ocho años
Para los adolescentes
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En estos tiempos difíciles es necesario que les enseñes a tus hijos el valor del dinero. Trata de comenzar con lo que a diario le das para sus gastos en el colegio.
En estos tiempos difíciles en los que cada vez sentimos que el dinero nos alcanza menos, en los que nuestros gastos tienden a ser mayores que nuestros salarios, en los que vamos pasando el día midiéndonos para que nos alcance lo que andamos en el bolsillo; es necesario que además de ponernos las pilas en ahorrar un poco, le enseñemos a nuestros hijos que también ellos lo pueden hacer.
Sin embargo para hacer esto no es cuestión de que vamos a llegar hasta donde nuestros hijos a exigirles que ahorren sin dar el ejemplo.
No hace falta regañarlos para que entiendan que pueden ir guardando un poco de lo que les damos ya sea a diario o entre semana, por el contrario, tenemos que tomarnos el tiempo de explicarles el valor que tiene el dinero.
Probablemente nuestros hijos en un principio pensaran que el dinero tiene como finalidad última ser gastado en cosas que “necesitamos”, y quizás tengan razón en determinada parte, si no les enseñamos que este tiene que ser usado en cosas que realmente necesitamos.
Inculcarles el hábito de ahorrar a nuestros hijos es tan saludable como enseñarles a comer verduras y frutas. Hay que dejar que gestionen su dinero y que al hacerlo tomen la iniciativa sobre su uso.
El pequeño problema para arrancar en este tema es cómo educarlos si tu no predicas con el ejemplo.
Repetidamente escuchamos esta frase... predica con el ejemplo... pues para este tipo de temas es necesario que nosotros como padres tengamos la iniciativa de ahorrar primero y con esto demostrarle a nuestros hijos que también ellos pueden hacerlo, sobre todo porque no tienen gastos obligatorios que hacer.
Una vez hayas logrado comenzar a ahorrar, sea en una alcancía en tu casa o en una cuenta de ahorro en algún banco, puedes darte a la tarea de abordar a tus hijos y llevarlos a meditar sobre todo lo que pueden llegar a hacer si cuentan con algún tipo de ahorro.
Trata de iniciar haciéndoles énfasis en que si tu puedes hacerlo con todos los gastos que tienes (pago de alquiler, agua luz, teléfono, colegiaturas, pago de empleada domestica, compras del supermercado, entre otras), el punto es que aunque sea un poco, estas tratando de ahorrar.
Verónica Deambrogio, especialista en educación financiera para niños y economía del hogar, hace algunas sugerencias sobre cómo puedes guiarte para enseñarle a tus hijos a ahorrar desde pequeños y de acuerdo a la edad en la que se encuentran.
A partir de los cuatro años
Así a los 15 años va a tener el conocimiento básico sobre ahorro y economía, hay que empezar a ofrecérselos pronto.
La experta hace la recomendación de empezar en el momento en que son capaces de pronunciar estas oraciones: “¡Quiero el juguete de la tele!” o “¿Papá, me compras...?”.
“Esto sucede alrededor de los 4 años, cuando los niños empiezan a tomar conciencia de que de los padres pueden obtener monedas y billetes y que los tienen en la cartera”.
Si los padres dudan que estos conocimientos le serán útiles en una edad tan temprana, Deambrogio dice: “Enseñar a los niños sobre el ahorro es tan saludable como enseñarles a comer verduras”.
Al enseñarles los conceptos relacionados con el dinero, los padres deben adaptarse a la edad y al lenguaje de la edad, “porque lo importante no es tanto que aprendan el significado de determinados términos sino que se familiaricen con ellos”, explica Deambrogio.
Se les puedes enseñar que el hábito del ahorro acarrea muchas responsabilidades y beneficios. “Proponerles una meta como (un viaje, una salida a un parque de atracciones o una nueva televisión) y destinar ese dinero a ello. Por ejemplo, si los niños se comprometen a no dormir con la luz encendida, el ahorro en la factura de la luz se destinará al objetivo que se haya elegido”.
Si en la casa el ahorro es una costumbre, los niños se habituaran con rapidez a ese concepto. Con ello aprenderán a postergar la gratificación, es decir, esperarán su recompensa sin frustrarse.
Aprenderán a establecerse objetivos y a trabajar por ello (en los niños pequeños, los objetivos de ahorro deben de ser periodos de tiempo cortos).
Con esto, aprenderán el valor de esforzarse y de obtener recompensas (por eso hay que fijarse metas específicas como videojuegos, bicicletas, entre otros).
A los ocho años
Los niños pueden disfrutar de ahorrar sus propinas en casa, pero alrededor de los ocho años, puedes abrirles una cuenta de ahorro en la cual puedes premiar su buen hábito de ahorrar añadiendo una cantidad, una excelente manera para aprender sobre el sistema financiero.
Hay muchos bancos y cooperativas en el país que cuentan con la opción de ahorro infantil, en la que además de generarles un margen de rentabilidad a los ahorros de tus hijos, les incentivan para que puedan aprovechar mejor sus ingresos.
A medida que crecen, discute con ellos los pros y contras de inversiones como bonos, fondos mutuos y acciones.
Llévalos al banco, hazles notar la variedad de servicios que brindan, explícales los principios básicos de cada una, sus cualidades, diferencias y para qué funcionan mejor, por ejemplo puedes explicarles la diferencia entre una cuenta de ahorro normal y una a plazo fijo.
En casa, haz que participen en la elaboración del presupuesto familiar, en planes para adquirir bienes familiares, nuevamente aquí debes explicarles qué conviene más y por qué.
Así también, puedes ir explicándoles qué son y cómo funciona el sistema de las tarjetas de crédito, mostrándoles que conviene pagar las deudas a tiempo para tener un buen récord financiero.
Para los adolescentes
Tener experiencia laboral desde temprana edad les ayudará a comprender el valor del esfuerzo y de ganar dinero por ellos mismos. Pueden empezar con trabajos de verano de medio tiempo o reparaciones en casa como pintar una habitación.
A partir de esto, sabrán lo que cuesta ganar un poco de dinero y al mismo, tiempo debes ir buscando la manera de que pueda administrarlo, balanceando sus necesidades y sus gustos.
Para Verónica Deambrogio: “En la sociedad actual, los niños y jóvenes se ven constantemente bombardeados por mensajes publicitarios que los inducen al consumo indiscriminado, lo que les convierte en potenciales víctimas del consumismo y de desarrollar conductas perniciosas para su futuro, como puede ser comprar compulsivamente, usar inadecuadamente los recursos o sobre endeudarse.
Por eso, es de vital importancia que los eduquemos financieramente para que puedan tener desde jóvenes los recursos, las habilidades y los valores para que hagan un uso ético y adecuado del dinero, que los conduzca a convertirse en adultos económicamente responsables e independientes”.
Pensar el ahorro como un hábito puede ir más allá de la acción repetitiva de guardar dinero, son muchos los beneficios y el aprendizaje significativo que nuestros hijos adquieren a medida que se introducen en el mundo del ahorro.
Cuando nuestros hijos ahorran de forma constante, lo convierten en un hábito, cuando esto sucede son conscientes y capaces de administrar sus recursos de mejor manera y seguir guardando. Ahorrar entonces no es sólo acumular dinero, sino también, cuidar de igual manera lo propio y lo público.
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Etapas del cambio
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Incertidumbre, temor, incomodidad, son algunos sentimientos que se pueden experimentar frente a los cambios en el trabajo. Dejarse dominar por ellos afecta de forma negativa el desempeño y estabilidad.
Globalización, competitividad, tecnología, son muchos los factores que pueden introducir cambios en nuestro trabajo, desde pequeños detalles hasta modificaciones trascendentales. La transición al nuevo escenario no siempre es tan cómoda, pues se trata de dejar costumbres, lugares, personas a las que ya se está acostumbrado.
Sin embargo, la historia de la humanidad está llena de cambios constantes y el gran poder de las personas para adaptarse a los nuevos escenarios.
Cuando una persona se enfrenta a un cambio, lo más importante a tener en cuenta es que ya es una decisión tomada. Los jefes van a implementarla y en ocasiones no podrán esperar que todo el personal se ponga al día.
Por otro lado, el valor de un profesional aumenta con esta capacidad para adaptarse y utilizar nuevas tecnologías, conocimientos o porque demuestra ser alguien versátil.
El portal Expansion.mx reconoce que se pueden experimentar sensaciones de incomodidad, pero que estas son peligrosas pues pueden llevar a malestares físicos: dolores de cabeza, estrés, insomnio, etc. Y aunque oponerse al cambio no es una opción, el sitio recuerda que muchas veces conviene expresar las dudas y sugerencias respecto a las novedades que se avecinan y el proceso de transición.
Después de todo, de nada sirve tener una computadora de última tecnología en el trabajo si nadie entiende perfectamente cómo usarla.
Pero ¿por qué se experimenta temor ante los cambios? Expansion.mx señala que esta sensación se alimenta por un miedo a lo desconocido, a perder el control de la situación, miedo al fracaso de no cumplir con las nuevas expectativas y, por último, miedo a perder la seguridad que da la zona de confort.
¿Qué pasará con mi empleo?, ¿Qué debo hacer?, ¿Por qué debemos cambiar si todo está saliendo bien? Son preguntas usuales en un periodo de transición.
Etapas del cambio
El sitio recuerda que todo proceso de cambio pasa por varias fases. Estas incluyen, primero, una sensación de pérdida por el miedo a lo desconocido y salir de la zona de confort. Luego vienen las dudas porque no se conocen todos los detalles sobre lo que se viene, o qué se espera de uno mismo. Viene después la incomodidad causada por el estrés, la ansiedad y la resistencia al cambio. Esta etapa es peligrosa pues empieza a afectar el ritmo de trabajo, hacerlo más lento o desorganizado.
Desesperación es la etapa crítica. La persona se siente abatida y abrumada al extremo de estar a punto de abandonar el proceso. Se debe decidir qué hacer y cómo adaptarse.
En el descubrimiento, la persona logra comprender las ventajas que traen los cambios al trabajo y a uno mismo. Luego se comprenden los beneficios y el papel que juega el trabajador. Qué se espera y qué debe hacer ahora son claros y se opta por involucrarse de lleno en la transición. La última fase es la integración, cuando ya se “han hecho las paces” con los cambios. La persona se adapta, sigue adelante con su trabajo y su vida. ¿Cómo afrontarlo? Muchas cosas influyen en que una persona decida darse por vencido o, por el contrario, logre llegar hasta la etapa de integración al cambio. Influye mucho la manera en que se enfrentan todas las sensaciones de resistencia e inseguridad. El sitio Elobservador.com.uy recomienda que lo primero es reconocer el cambio. ¿De qué se trata? Lo importante es reconocer además cuáles son todas sus implicaciones en la vida diaria o en el largo plazo.
Lo segundo es reconocer los temores y sus causas. ¿Tiene miedo a fracasar? Pues debe entender por qué cree que no podrá adaptarse al cambio y, sobre todo, qué debe hacer para corregir eso y seguir adelante.
Relacionado a los dos puntos anteriores está la información. Al igual que en la infancia, durante la escuela, hay que preguntar. Los cambios traen información que no se conoce, es nueva por completo. Se debe entender todo o lo más posible sobre ellos. Si no se entiende algo, hay que pedir ayuda. Buscar apoyo es otro aspecto importante. Al final del día, los sentimientos son cosas con las que no se puede lidiar solo de manera racional. Conviene buscar el apoyo de otras personas, amigos, familiares, pareja, para expresar los temores y recibir consejos o simplemente palabras de aliento. Administrar el tiempo y organizar la agenda es otra forma de pasar la transición. Seguro hay cosas nuevas que entender, actualizar procesos, entregar documentos, metas que cumplir o incluso dedicar tiempo para descansar la mente.
Adaptarse y ser flexible es la cuestión de fondo. La clave se encuentra en no resistirse a aprender las cosas nuevas que la empresa necesita o a utilizar el equipo recién adquirido. Todo el proceso debe abordarse con la actitud de aprender y participar, además, de ayudar a otros en la transición. Como ya se mencionó antes, conviene tener en mente que la capacidad de adaptarse es algo muy valioso en el perfil de un profesional. La próxima vez que se presenten cambios en el trabajo, se pueden aplicar estos tips para no dejarse aplastar por los sentimientos de temor e incertidumbre. Y es que como muchos filósofos y escritores han señalado, la vida es un constante proceso de cambio y aprendizaje.
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Indicios de que hay que volar de la empresa
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Si ya perdió la pasión por sus labores diarias y le cuesta ponerse en pie para ir a su trabajo, a lo mejor debería tomar el riesgo y conquistar nuevas metas. Comience con los signos de salud.
Por lo menos nueva de cada diez personas se levanta cada mañana para ir a trabajar, pero lo hacen sin motivación, sin deseo alguno, refiere el motivador empresarial, Mario Cañas, experto en el tema, en el mercado salvadoreño. “Padecer de dolores de cabeza o estomacales son incluso sistemas de depresión, cada domingo en la noche es un mal síntoma”, compara el especialista, al referirse a las primeras señales que el desánimo laboral emite.
La falta de motivación para acudir al puesto de trabajo es el primer indicador de que algo no marcha bien en la carrea laboral y hay que analizar qué pasa, e incluso las posibles acciones a realizar, señaló.
El ambiente laboral también contribuye al momento de pensar en dejar el trabajo, pero no es determinante, ya que antes se debe sopesar otros elementos, como el desarrollo profesional y económico. No se deben de tomar decisiones basadas solo en lo que siente, sino en lo que puede hacer.
Por tanto, antes de juzgar y tomar una decisión por el clima laboral, debe de tomar todo su entorno y conjuntos de eventos, antes de elegir una decisión determinante para renunciar.
No hay que precipitarse o tomar decisiones a la carrera, recomendó Cañas. Los empleados también caen en una zona de confort que terminará por aniquilar sus aspiraciones, por ejemplo, cuando se considera que sabe todo acerca del trabajo que desempeña actualmente.
Además, si cree que ya no se necesita de los demás y que ya no existe algo nuevo por aprender, aparecen expresiones como:”tú no puede venir a enseñarme. “Me vale lo que diga el nuevo supervisor, aquí las cosas siempre han sido de este modo,”Ya tengo más de 10 años en esta empresa”; “me vale lo que diga el nuevo supervisor, aquí las cosas siempre han sido de este modo”, “a mí nadie me mueve de aquí porque ellos me necesitan”, “para lo que importa”, “la empresa nunca te reconoce algo que hagas”, “a mí nadie me mueve de aquí porque ellos me necesitan”. Son frases lapidarias que deben encender la luz de alerta, comparó.
También puede descubrir cuando se ha perdido la pasión por lo que se hace, y el término que define dicho estado es el “salario emocional”. El jefe que sabe dar el “salario emocional” a sus empleados, de una u otra forma, les asegura una vida óptima laboral, en donde las dinámicas se combinan perfectamente con su tiempo libre, las relaciones sociales y familiares, destaca el profesional.
En pocas palabras, la estabilidad emocional y motivación que se provoca un jefe, hace que sus colaboradores se sientan cómodos y seguros de su lugar de trabajo. “Es imprescindible que la persona se encuentre en estos espacios, un lugar al que pertenezca y se sienta afianzado con los objetivos, valores y políticas que lo involucran como persona y no solo como empleado”, apunto Cañas.
Cuando se decide cambiar, hay que hacerlo con precaución. “un dicho popular dice que un mono no suelta una rama sin antes no tener agarrada la otra”, sentenció Cañas. Para realizar un cambio de empleo primero se debe de estar completamente seguro que el cambio a efectuar verdaderamente es real y en beneficio propio.
En otras palabras, no hay que frustrarse o desesperarse, a veces precipitar las cosas, actuar sin evaluar las consecuencias puede llegar a ser contraproducente a los propios intereses de la persona que desea cambiar de ambiente o de rubro laboral.
Con paciencia y sin desesperarse, es mejor buscar la mejor opción acorde a las expectativas profesionales y económicas, recomendó Cañas. Mientas no ocurre el cambio, es mejor cambiar el punto de vista y pensar en positivo.
Indicios de que hay que volar de la empresa
Vive estresado. Si se siente ansioso o infeliz en su trabajo, no lo piense más. El estrés puede llegar a afectar a su familia y amigos, ni hablar de su salud mental y física. SI no aprende nada nuevo, si su empleo no ofrece muchas oportunidades de aprendizaje fuera de los planes de formación, como involucrarse en nuevos proyectos, contacto con nuevas tecnologías y herramientas, trabajar con personas interesantes y de mayor experiencia, etc., quiere decir que debe de volar, expone el experto en motivación empresarial, Mario Cañas.
Si su trabajo se ha convertido rutinario en la que no tiene cabida nuevos alicientes, retos o enfoques, es hora de cambiar. Las nuevas experiencias ayudan a vivir y son excitantes. Y, por supuesto, a trabajar, señaló Cañas. El experto realizó una clasificación que ayuda a evaluar si ha llegado la hora de cambiar de rumbo:
Las ofertas que le hicieron cuando llegó no las han ejecutado.Promoción, desarrollo, crecimiento… nada de eso se ha cumplido. Llega un punto en que ya no está disgustado, sino conforme a que si ha de crecer no será en ese lugar.
Su jefe no lo inspira. Hace mucho tiempo ya que ve fisuras insalvables en la figura de su superior directo. No se cree lo que le cuenta, no confía en su palabra, no le sirve como modelo, ni puede apoyarse en él cuando tiene un problema.
No se siente valorado. Nadie parece importarle su trabajo, ni en lo que consigue con él, lo cual es desconcertante y desmoralizador. El reconocimiento no nos alimenta, pero fortalece la autoestima incidiendo positivamente en la productividad. Al menos la empresa debe de enunciar que valora tus aportaciones y que ha tomado nota, esto forma parte del “salario emocional”, insistió Cañas.
No se lleva bien con sus compañeros.Y se deprime de solo pensar en la fiesta navideña de la organización. Las relaciones con sus colegas son los fundamentos para crear un ambiente laboral productivo y sano. Cuando hay deficiencias, su estado anímico se resiente y hay una baja en el rendimiento.
Se aburre.El trabajo es una fase de la vida muy importante. Se pasa demasiado tiempo trabajando para que no absorba de esas horas algo positivo. Si desde que llega a su puesto de trabajo lo único que hace es mirar el reloj, contando los segundos que faltan para que termine, no hay ninguna duda que ese trabajo no es para usted.
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La tendencia de muchas personas es iniciar sus propios negocios, el algunos casos se debe por el alto nivel de desempleo y otras veces por insatisfacción de los empleos actuales.
El emprendimiento se ha convertido en una necesidad para muchas personas, en un mundo en donde el desempleo crece, especialmente en nuestra región Latinoamérica.
Pero el emprendimiento no es necesariamente una acción para aquellos que no desean trabajar en una oficina y establecer su negocio; en algunos casos puede ser una actividad establecida dentro de las empresas en donde ya trabaja la persona.
Mucha gente toma esta iniciativa, preparar emparedados para venderlos a sus compañeros de trabajo, vender dulces o ropa.
El blog importancia.org lo define como cualquier acción que signifique realizar algo nuevo, y visto desde este punto de vista, emprender se mide desde vender dulces a tus compañeros de oficina hasta poner una empresa.
Sin embargo, es importante tomar en cuenta que no importa su tamaño, consiste de una organización e involucra la creación de proyecto personal económico.
La idea básica de todo esto es comenzar algo, por más sencillo que sea, y es una actividad que llevaría a una persona a poder alcanzar algún tipo de satisfacción personal.
Hay que tomar en cuenta que todo esto requiere tiempo, paciencia y dedicación, como lo describe le blog importancia.org. Se debe de proponer una idea y llevarla a cabo de forma diaria.
Más allá de esto hay que tener en mente que hay varias formas de emprender y debemos saber cómo lo haremos. Esta es una actividad que puede ser personal, colectiva, de carácter solidario, o con fines de lucro, entre otros.
Por su parte, el bloguero José Robinson Valencia lo describe como una iniciativa que ha ganado auge por la necesidad de las personas de lograr estabilidad económica e independencia.
Asimismo, se ha convertido en una necesidad por la baja calidad de los empleos existentes y por los altos índices de desempleo.
Este último punto es de gran importancia, puesto a que muchas personas, insatisfechos con sus actuales empleos, buscan emprender sus propias ideas para lograr una satisfacción personal.
Las personas buscan iniciar sus propios negocios para generar sus propios recursos y pasar de ser empleados a empleadores, denota Robinson Valencia.
El Servicio Nacional de Aprendizaje Regional (Sena) de Colombia considera que se “requiere de una gran determinación para renunciar a la “estabilidad” económica que ofrece un empleo y aventurarse como empresario, más aun si se tiene en cuenta que el empresario no siempre gana como si lo hace el asalariado, que mensualmente tiene asegurado un ingreso mínimo que le permite sobrevivir”.
El Sena explica que en la mayoría de los países de Latinoamérica muchos profesionales buscan el emprendimiento como el único medio para obtener decente ingreso.
En Latinoamérica, el desempleo es en promedio del 7% de la población económicamente activa, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
“Resulta de suma importancia el buscar alternativas para generar empleo y así, mejorar la calidad de vida de la población”, asegura el Sena.
Recientemente, en su informe de Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe 2016, la Cepal explica el problema actual del desempleo y es que este ha visto su primer incremento desde el 2009, cuando el desempleo aumentó debido a la crisis económica mundial.
Este aumento fue producto de una mayor entrada de buscadores de empleo al mercado de trabajo en comparación con años anteriores, quienes no encontraron la cantidad necesaria de puestos de trabajo. Esto fue consecuencia de una débil generación de empleo asalariado como resultado del bajo dinamismo de la actividad económica, agrega el estudio.
El Sena de Colombia reitera que es mediante el emprendimiento que se puede alcanzar éxito y triunfar en situaciones de crisis.
“No siempre se puede contar con un gobierno protector que este prestó y ofrezca ayuda durante una crisis. El emprendimiento es el mejor camino para crecer económicamente, para ser independientes y para tener una calidad de vida acorde a nuestras expectativas”, agregó.
De igual manera, el lograr esto implica que la persona debe de desarrollar la cultura de emprender encaminarse a vencer la resistencia de las personas a ser dependientes, concluyó.
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Ya no necesario salir de nuestra casa o movernos del lugar en el que estamos para gestionar nuestras actividades en la oficina. Hoy día hay diferentes aplicaciones para Smartphones que nos pueden hacer más eficientes en nuestro trabajo, con solo mover nuestros pulgares.
La mejor parte de auge de los dispositivos móviles en nuestras vidas es que podemos movilizarnos con mayor facilidad y seguir haciendo lo que teníamos pendiente en la oficina.
Con tan solo mover los pulgares o hacer unos cuantos movimientos con nuestros dedos índices, podemos gestionar todas las actividades pendientes en nuestro entorno laboral.
Organización de documentos, recordatorio de fechas importantes, edición y hasta reuniones virtuales son solo algunas de las actividades que nos permiten las diferentes aplicaciones que ya están disponibles para todo tipo de dispositivos electrónicos, como nuestras tabletas y Smartphone.
Con estas herramientas podemos tener la oficina en nuestras manos y ser más eficientes de lo que creemos. De acuerdo con una encuesta de OCCMundial, 66% de las empresas proporcionan acceso a Internet a sus empleados, 48% les dan equipo de computo, 39%laptops, 24% Teléfono celular, 14% Smartphone, 12% banda ancha móvil y solo un 3% les da una tableta para las tareas.
Acostumbrarse a trabajar a través de estos aparatos móviles no es tan difícil, pero también requiere cambiar el método de trabajo que se tiene actualmente y trasladarlo a un mundo completamente digital.
Pero introduciendo algunas aplicaciones móviles y haciéndolo poco a poco, se logrará entrar a ese mundo de oportunidades.
Actualmente existen diferentes aplicaciones disponibles gratuitamente para Smartphone y tabletas pesadas para que incrementan la productividad de los empleados y gerentes de las empresas, tanto pequeñas como grandes, esto hace posible realizar una gestión a distancia a través de estas herramientas.
Hoy, los empresarios y los empleados aprovechan la eficacia y potencia que ofrecen las más de un millón de aplicaciones para Android, algunas ventajas son la portabilidad, facilitan significativamente los métodos de manejo de cualquier empresa y producen, a las empresas, una significativa reducción de costos de los procesos.
El reto es modernizarse y comenzar a trabajar en tu oficina desde cualquier lugar.
Algunas aplicaciones que nos ayudarán en nuestro trabajo:
- Wunderlist
- Remember The Milk
- Evermote
- Dropbox
- Documents to Go
- Cam Scanner
- Drive
- Skype
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Aunque pase desapercibido en algunas empresas, el carácter y actitud de algunos elementos en el equipo de trabajo, puede estar afectando la armonía de todo el grupo.
En cualquier empresa para la que laboremos a lo largo de nuestra vida, siempre encontraremos personas con diferentes caracteres con las que debemos aprender a tratar para convivir en un ambiente de armonía.
Algunas personas pueden obstaculizar nuestro desarrollo laboral ya que no son de nuestro agrado, sin embargo, pueden obtenerse experiencias positivas si buscamos enfocarnos en controlar y aceptar nuestras emociones ya que son parte de la vida laboral, según destacan expertos de la materia.
Según la encuesta realizada por la web de recursos humanos “OCCMundial”, en más de 1,500 profesionales, el ambiente laboral es un factor importante para lograr el bienestar en el trabajo, es por eso, que cuando nuestra vida profesional se vuelve problemática, los efectos pueden ir más allá de la oficina y afectar nuestra vida personal.
Por ello, la recomendación que realizan expertos en la materia es que se debe comenzar por identificar su naturaleza. Por ejemplo, existen las personas chismosas, las informales, los descalificadores, los flojos, en resumen, son solo algunos de los que dañan en gran medida el ambiente laboral.
Una vez se determine cuál es la actitud de esa persona que perjudica el ambiente, se debe intentar llevar el tema al diálogo. Para neutralizar el efecto que nos produce un compañero nocivo la clave es saber identificar si su agresividad es sólo contra nosotros o también se comporta regularmente así con otros miembros del equipo.
Cuando se trata del segundo escenario, lo mejor es abordar el conflicto, porque no cabe la duda que existe otros compañeros que se sienten de la misma forma, lo que puede llevar a que tomen cartas en el asunto de manera colectiva, ante el jefe directo, por ejemplo.
Para actuar es suficiente un par de actitudes hostiles. Mientras más esperes para ponerle un límite al compañero nocivo, más trabajo te costará manejar la situación. Cuando dejamos que una persona nos agreda durante mucho tiempo acumulamos frustación y enojo, y esa persona gana terreno sobre nuestro estado de ánimo. El no ponerle un alto y actuar es decirle a esa persona que esta correcto lo que nos hace.
Lo más común es reaccionar agresivamente ante una conducta maliciosa ¡y eso es lo que se espera la otra persona! Cuando le respondemos agresivamente sustentamos el dominio que tiene la otra persona, el poder de sus palabras y sus acciones para sacarnos de nuestras casillas.
En vez de responder con agresividad lo hacemos amablemente y calmados, desarmamos a nuestro agresor, ya que no cedemos ante su provocación y no le permitimos que tome el control de la situación. Esta es la clase de actitud que el acosador no se espera ¡sorpréndelo!
El manejar tus reacciones y emociones es la forma más inteligente de dominar a ese compañero fastidioso. Enfócate en ti y no le prestes atención a él o a ella y verás los resultados.
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Los errores
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Un buen líder se define por el éxito y la eficiencia que logra inculcar en su equipo de trabajo.
Hay algunas personas prácticas que fomentan un buen liderazgo y, al mismo tiempo, otras que pueden echar a perder toda la productividad.
Un líder no nace se crea a sí mismo por las prácticas y las aptitudes que adquiere y ejerce. Lo que define un buen liderazgo es su capacidad para coordinarse con el equipo de trabajo e impulsarlos hacia el éxito.
Pero ¿Cómo lograr esto¿ Hay algunas cosas a tener en cuenta para mejorar la productividad del equipo. También hay errores que se deben evitar para no perjudicar el perfil profesional propio y el trabajo de los demás.
Para empezar, se debe de tener claro que ser un líder no se trata de ostentar un cargo o tener un título universitario en particular. Al igual que la confianza, el liderazgo no es algo que se impone o existe por sí mismo.
El liderazgo sobre un grupo es algo que se obtiene, en principio, basado en las buenas relaciones interpersonales con el equipo. Para ello es importante fomentar la confianza, cumplir las promesas, escuchar atentamente las sugerencias y preocupaciones del grupo, entre otras cosas no importantes.
Nadie puede ser un buen líder si el equipo lo considera una persona antipática. Otra actitud que se debe de tener en cuenta es la pro actividad, ya que el liderazgo no se trata únicamente de dirigir personas. El líder debe de ser alguien capaz de motivar personas y hacer que actúen.
Esto significa que se debe de coordinar con antelación las acciones que desarrollará el grupo. Luego, la cercanía es clave para supervisar no solo que se cumplan las órdenes, sino que hay un respaldo adecuado ante improvistos o necesidades de los colaboradores.
La eficacia personal también es importante. Nada deteriora más la imagen del líder que ser incapaz de priorizar u organizar la agenda de trabajo.
En ese sentido, un líder debe aprender a organizar su tiempo y esfuerzo de acuerdo con los objetivos de la empresa y también con las metas que debe cumplir el grupo.
La visión de trabajo también debe de definirse. El equipo no está simplemente para cumplir tareas cotidianas. Un líder debe de establecer esa visión para las labores, es decir, hacia donde se quiere llegar con las labores del día.
Respecto a este punto también es importante es importante destacar las habilidades de comunicación. Los colaboradores necesitan conocer y tener clara la visión del líder para poder llevarla a cabo.
La comunicación en este grado es importante, tanto verbal como no verbal, para ganar la confianza del equipo y demostrarles que se es alguien que puede ayudarles a salir adelante.
La capacidad de conciliar también es importante, ya sea para resolver conflictos entre los miembros del equipo o con las tareas cotidianas.
Cuando se trata de conflictos o problemas con el trabajo, un líder puede demostrar su capacidad de análisis, pro actividad y justicia. Lo más importante es entender que se trata de solucionar un conflicto y no de imponer una solución.
Los errores
También hay equivocaciones que el líder debe de evitar a toda costa para mantener un buen clima de trabajo.
Como ya se mencionó, la mala organización es una de ellas. La ineficiencia al organizar el trabajo propio resta autoridad al trabajo frente al equipo. Además, si un líder está constantemente ocupado, sin disponibilidad para escuchar a los colaboradores o atender improvistos, puede dar la impresión de ser indiferente o incapaz.
La arrogancia es una actitud que destruye cualquier liderazgo. De nuevo, la posición esta cimentada en las relaciones personales.
Por ello un tono autoritario mina la disposición del grupo para cumplir órdenes. Lo mismo ocurre si el líder muestra desdén a lagunas labores y demuestra poca pro actividad e irrespeto al personal que tiene a cargo.
No demostrar lo que se sabe es un error típico y muchas veces involuntario. Un líder puede tener la mayor experiencia del mundo, títulos de grandes universidades, pero lo que realmente importa a la empresa y sus subordinados es qué saber hacer.
Un líder con altos conocimientos pero que no los pone en práctica o transmite a sus colaboradores, añade poco valor a un equipo de trabajo. Puesto que el líder es una figura a seguir y un motivador, un error grave es temerle a ser superado por sus colaboradores. Detener algunas iniciativas, o retener el conocimiento, limita la productividad del grupo.
El egoísmo es otra actitud capaz de destruir un equipo de trabajo. Esto porque un equipo debe de sentirse identificado con su líder, mantener una confianza recíproca. Entonces, una persona que se adjudica para sí sola los logros del grupo no genera confianza, sino un constante resentimiento en el grupo.
De más está decir que dicho resentimiento solo entorpece la productividad y el clima laboral. Por último, como se dijo al principio, un líder es algo más que un título o cargo. Alguien que se enfoque demasiado en resaltar su posición como licenciado, ingeniero, máster, doctor o simplemente jefe, en realidad demuestra que no tiene nada más que decir ni ofrecer a la compañía.
Un buen líder sabe cimentar esa posición con la confianza del grupo, no la impone. Además, si el titulo no está acompañado por una demostración de esas capacidades, la figura del líder simplemente se vuelve insignificante.
Todas estas son características que se deben de tener en cuenta para mantener un buen liderazgo. La posición se construye día a día. Corresponde al líder mantenerse al tanto de sus colaboradores y fomentar un buen clima laboral, saber reconocer y enmendar.
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Las siete claves de la organización en equipo
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El trabajo en equipo es fundamental en la mayoría de las organizaciones, pero el éxito se logra si se organiza bien. Hay que poner en práctica algunas técnicas para que en el trabajo todos estén satisfechos con los logros y sean más productivos.
En las empresas el trabajo en equipo es fundamental para conseguir los objetivos de productividad y rentabilidad deseados. Saber crear y organizar un equipo de trabajo que funcione de forma eficiente ayudará a que todo sea más fácil, creando un ambiente de colaboración y entendimiento entre los trabajadores que lo forman.
Lo primero en un equipo de trabajo es organizarlo seleccionar a los candidatos ideales para que dar el mejor rendimiento. No se debe de buscar a los mejores, sino a un grupo que sea trabajador y compatible. Para encontrar a los adecuados lo mejor es realizar dinámicas de grupo.
Cuando ya se ha elegido al equipo, explicar la metodología de trabajo y confirmar que haya quedado clara. Los integrantes del grupo deben de estar seguros de cuál es el objetivo para el que trabajan y el papel que van a desempeñar para la consecución del mismo.
Además hay que establecer las normas de conducta y de trabajo. Hay que establecer una periodicidad para la entrega de informes y un de entrega de los mismos; también agendar reuniones de forma periódica para conocer el desarrollo de los equipos.
Una comunicación clara y constante será fundamental para aprovechar al máximo al equipo de trabajo, aclarando a cada uno lo que se espera de ellos. Debe de haber una buena comunicación entre jefe y empleados, y viceversa. Hay que reconocer los logros individuales y del equipo, para lograr la máxima motivación.
En un equipo de trabajo siempre debe de haber un líder, el cual debe ser el más idóneo entre los integrantes. Debe de ser una persona organizada, empática, con visión del futuro, con capacidad de comprensión de las necesidades del equipo, alguien en quien el equipo confié.
El jefe debe de delegar decisiones y tareas y decisiones a los miembros del equipo, esto como una forma de decirles que se confía en ellos, lo que hará que se sientan más capaces de afrontar situaciones y más importantes.
Las siete claves de la organización en equipo
A continuación te damos algunos consejos que tú y tu equipo pueden seguir, para que el trabajo fluya con rapidez y todos salgan a descansar a tiempo.
1. Los equipos siempre necesitan de un líder
Uno de los integrantes del equipo-Puede ser la persona que desarrolla el cargo con mayores responsabilidades, es el que tendrá que tomar el control.
2. Eso no implica que el equipo no pueda tomar decisiones de grupo ni ser un tirano.
Esta persona debe de encargarse de la agenda del día, de saber si todo se está haciendo como debe y de consultar al grupo. Utiliza técnicas para organizar el trabajo de oficina.
3. Cada integrante del equipo debe de trabajar en lo que se les de bien y le guste.
Cuando se trabaja en equipo deben de existir perfiles variados para desempeñar las diferentes tareas. En un equipo, habitualmente existen varios perfiles, así cada tarea resultará más acertada.
4. Incentivar la colaboración y no la competencia
Un equipo es un trabajo en conjunto no una carrera por conseguir ser el mejor del grupo. Un equipo debe de apoyarse y ayudarse unos a otros. Fomenta el trabajo en equipo, aprovechando estas técnicas.
5. Hay que respetar las entregas, plazos y fechas.
En un grupo, se debe de ser riguroso con los horarios de trabajo ya que todos dependen del trabajo de los demás.
6. Enfrentar los problemas
El equipo debe de afrontar roces y problemas que se generan, y darles soluciones.
7. Todo logro es un logro conjunto.
Las victorias son de todos cuando se trabaja en equipo las victorias son de todos.
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Metas de rendimiento
El perfil del buen gestor del tiempo
Efectos al no saber organizar el tiempo laboral
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En un mundo globalizado que exige hacer varias cosas a la vez, cada minuto es valioso. Aprender a gestionarlo correctamente le evitará contratiempos laborales, personales y le permitirá sacarle mejor provecho a la jornada.
No hay duda que la clave del éxito profesional y personal está determinado por la capacidad de gestionar y organizar el tiempo. Lo cual, no es una tarea fácil, la mayoría de las personas ha experimentado la sensación de que no es dueña de su tiempo, que éste pertenece a otros y se le escapa de las manos.
Si se siente identificado con la situación y ha experimentado estas sensaciones alguna vez, debería empezar a cambiar desde ahora la apreciación que se tiene del control de su propio horario y llegar a la conclusión de que usted es el dueño de todas las horas de su día.
Según un artículo publicado en el sitio “websconsultas.com” hay claves para administrar sus tareas de la mejor manera, lo primero que se debe considerar es qué entendemos por la gestión eficiente del tiempo.
En este sentido gestionarlo eficazmente supone adquirir habilidades y capacidades que nos ayuden a una planificación acertada, con el objetivo de acrecentar la eficiencia de las personas en diferentes ámbitos de la vida (personal, laboral, Social y Familiar.
Metas de rendimiento
Es importante que la persona logre diferentes sub metas que le guiarán a su objetivo final, entre ellas: Elevar el rendimiento a través de un análisis sobre el uso personal tiempo, planificar el conjunto de actividades.
También se recomienda planificar estrategias para controlar del estrés que provoca el gestionar su tiempo, ya que esto causa estrés en más de una ocasión.
Cualquiera de los casos, deberá de tener en cuenta aspectos básicos de cara a una buena organización, tales como: el tiempo es equitativo para todos, es indispensable, imparable, inamovible o insustituible.
El perfil del buen gestor del tiempo
Evidentemente hay personas que aprenden a planificar su tiempo mejor que otras. Recuerde, en esta materia nadie nace aprendido, es una habilidad que adquirimos y hay que perfeccionarla.
Hay características de la personalidad que pueden ayudarnos a que el proceso sea más fácil, como es el caso de personas con un rango menor de ansiedad, la necesidad de tener un control mayor sobre su vida o la no improvisación, entre otros.
Aunque le falte este talento personal, con unas buenas normas se puede gestionar de forma satisfactoria el tiempo.
Una buena opción es diseñar individualmente un programa para organizarse. Las personas comenten el error de pretender imitar a otros, pero las características individuales y su vida son las que marcan las pautas a seguir.
Efectos al no saber organizar el tiempo laboral
Cuando las personas no administran su tiempo de manera correcta, las consecuencias no se hacen esperar. Podría tener impacto nocivo en el trabajo, la salud y las relaciones familiares y la lista puede ser más larga de lo previsto.
La salud.
La ansiedad y el estrés que puede generar, son un factor de riesgo y pueden manifestarse en enfermedades, como por ejemplo, trastornos digestivos, cardiovasculares y la salud mental. Las adicciones, la depresión y los trastornos de ansiedad, pueden aparecer por la desorganización del tiempo. La falta de descanso, la cual debe de incluirse en el plan para organizar el tiempo, es una causa común de la falta de tiempo que repercute en su salud.
El Trabajo
El estrés laboral, la reducción del rendimiento, el “burnout, la incapacidad para responsabilizarse de las tareas interesantes por no tener tiempo, o la pérdida de objetivos, son algunas de las secuelas que la falta de organización puede tener sobre su profesión.
La vida personal.
Sus amigos, su pareja, sus familiares pueden verse afectados por la falta de planeación de su tiempo. Es común que las personas que no se organizan tengan desacuerdos con su pareja frecuentemente, que pierdan amigos, o involucrarse en discusiones agitadas, lo que aumentará su malestar emocional.
No deje que esto ocurra, planifique mejor, priorice un equilibrio laboral y familiar.
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En un mundo que cambia cada día, la competencia puede ser de lo más estresante. Sin embargo, con el entrenamiento adecuado, el proceso de adaptación puede sacar lo mejor de cada persona y acercarla a su realización personal y profesional.
El mundo de los negocios, y el trabajo en general, es una constante búsqueda por el éxito y la rentabilidad. Dentro de este enfoque entra en juego la alta competencia en el mercado globalizado y la necesidad de mantenerse actualizado con el entorno.
Toda esta demanda puede ser agotadora, sobre todo, para una persona que un día se encuentra en la cima del éxito y se diferencia sobre sus competidores, pero al otro día solo es una más del montón.
Sin embargo, ese desgaste es evitable. De hecho el consultor Óscar Alberto Medina Pierotti sostiene en sus seminarios que la búsqueda de rentabilidad es perfectamente compatible con la superación personal y la sostenibilidad de las empresas.
¿Cómo es esto posible? Según la disciplina desarrollada por Medina Pierotti, el “biocoaching”, todo depende de la capacidad de aprendizaje, no solo de la recopilación de nuevos conocimientos o formas de hacer las cosas.“Por aprendizaje entendemos la capacidad de auto transformación, que nos permite expandir nuestras posibilidades de éxito”, señala el experto.
Para él, el aprendizaje es entonces un proceso para expandir la capacidad de ser y hacer las cosas, respondiendo así a los desafíos del entorno cambiante.
Según explica, lo más importante para mantenerse competitivo es que el aprendizaje tenga un propósito, en este caso el de actuar constantemente de manera más efectiva. La disciplina del “biocoaching” se enfoca entonces no solo en una forma de aprender, sino en transformar el tipo de observador o aprendiz que se es. Esto, para incrementar la efectividad y el bienestar de la persona y su equipo.
Medina Pierotti explica que hasta ahora las diferentes técnicas de “coaching” se pueden organizar en dos grandes áreas: las enfocadas en técnicas y el modo de hacer las cosas, por un lado, y las enfocadas en el entrenamiento para que la persona logre ser quien quiere.
Ser y hacer, son las dos grandes categorías. “El biocoaching coge lo mejor de los dos y agrega el sentido de trascendencia del ser humano. Hay un sentido de propósito en lo que queremos hacer y en lo que queremos ser”, precisa el experto.
Pero además, el “biocoahing” busca facilitar la realización personal como grupo. La disciplina permite que las personas “liberen el pasado, construyan el futuro y disfruten el presente, siendo mejores cada día y acompañen a otros a que sean mejores cada día”, señala.
Esta mejora no es posible con una gestión basada en el comando y control del equipo. En cambio, según Medina Pierotti, se requiere de un líder (o biocoach) capaz de identificar los obstáculos que limitan a sus colaboradores y ayudar a superarlos.
El consultor compara este proceso con el entrenamiento deportivo que ha llevado a muchos atletas a alcanzar el éxito y obtener medallas olímpicas. La clave no se encuentra solo en aprender la disciplina de un deporte, sino en fomentar el talento personal que tiene cada atleta.
De esta manera, en el “biocoaching” el éxito se alcanza permitiendo que el equipo de trabajo se transforme constantemente, aprovechando el talento de cada colaborador.
Así el “biocoaching” se puede aplicar en cuatro grandes áreas: la negociación, la comunicación asertiva, la creación de equipos de alto desempeño, la obtención del logro.
Para ello las sesiones de “biocoaching” dirigidas por este consultor incluyen conocimientos sobre las diferentes inteligencias humanas, los aportes de las dos categorías de “coaching”, neurociencias, programación neurolingüística e incluso cibernética.
Medina Pierotti insiste en que el “biocoaching” no es una consultoría o entrenamiento, sino una disciplina de aprendizaje por competencias. Con él se puede aprender a conciliar el talento y los objetivos personales con el éxito en el equipo de trabajo.
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Curiosidades
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Muchos resintieron que la fecha cayera en domingo este año, pero ¿qué significa el 1 de mayo en realidad? Es más que una fecha para descansar. Conozca acerca de ella.
El Día del Trabajo, que se conmemora cada 1 de mayo, no es una fecha antojadiza, únicamente para descansar, significa un legado en cuanto al establecimiento formal de la jornada laboral de ocho horas que rompió con la tradición de trabajar entre 12 y 16 horas.
Cada 1 de mayo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional del Trabajador en homenaje a los llamados Mártires de Chicago, un grupo de sindicalistas anarquistas que fue ejecutado en 1886, por realizar una huelga en pro de la reducción de la jornada laboral.
La protesta, que inicialmente se llevo a cabo por 80 mil trabajadores, desembocó rápidamente en una huelga nacional que afectando a varias fábricas de los Estados Unidos. Los obreros demostraron una fuerza en sus reclamos lo que marca un antes y después en la historia de los trabajadores, por lo que aquella fecha se instauró como el “Día del Trabajador”.
El movimiento de los trabajadores se calificó como “irrespetuoso e indignante”, “delirio de lunáticos poco patriotas”, y los empleadores incluso manifestaron que era “lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo”.
A partir de esto el conflicto se extendió a otras ciudades de Estados Unidos, logrando que más de 400 mil obreros realzarán cinco mil huelgas simultáneamente. El conflicto fue de tal magnitud, que preocupo al sector empresarial y al gobierno, que hizo creer que estas huelgas y manifestaciones eran el principio de una revolución anarquista.
Aunque el movimiento paralizó la producción de la nación norteamericana, hubo una fábrica en Chicago que no consideró la victoria de los trabajadores, y el 1 de mayo de ese mismo año policía arremetió en las puertas de la fábrica contra los manifestantes. En los días siguientes perecieron más trabajadores, en el cuarto día del conflicto detonaron una bomba contra las fuerzas policiales, suceso que se conoce como “el atentado de Haymarket”.
Los 31 obreros acusados de ser los promotores de los conflictos fueron a juicio el día 21 de junio de 1886, condenando a dos de ellos a cadena perpetua, cinco a la muerte en la horca y a uno a 15 años de trabajos forzados. Según la bibliografía histórica la culpabilidad de los obreros no se aprobó.
En la actualidad, muchos países rememoran el 1 de mayo como el origen del movimiento obrero moderno, incluso la Iglesia Católica se ha unido a la conmemoración, desde 1954, para celebrar el 1 de mayo la fiesta de San José Obrero, santo de los trabajadores. No todos los países celebran la fecha histórica. En general, naciones de colonización británica, como Estados Unidos y Canadá, celebran el Labor Day (Día del Trabajo) el primer lunes de septiembre, mientras Nueva Zelanda, el cuarto lunes de octubre.
Países que no celebran el Día del Trabajador en mayo
- Canadá se sumó a Estados Unidos en 1894 a la celebración del Día del Trabajo el primer lunes de septiembre, aunque siempre hay manifestaciones el 1 de mayo, sobre todo en Quebec
- Nueva Zelanda lo celebra el cuarto lunes de octubre
- En Australia, según la ciudad, el primer lunes de octubre, o el primer lunes de marzo, el segundo lunes de marzo o el 1 de mayo
- En Emiratos Árabes Unidos, el 1 de mayo es una jornada laborable normal..
- Mientras que Dinamarca, no es un feriado oficial.
- Para Georgia, en rechazo a su pasado soviético, tampoco.
- Grecia lo considera como un feriado opcional.
- En algunas ciudades de Suiza, es medio día feriado.
- Bolivia tiene libre hoy por el día del trabajo
Si usted todavía está resintiendo que el descanso del Día del Trabajo este 2016 cayó en domingo, tenga en cuenta que el Ministerio de Trabajo trasladó el feriado del domingo 1 de mayo, para que se compensara hoy lunes 2 de mayo con la suspensión de actividades, tanto en el sector público, como en el privado.
Según un comunicado del Ministerio de Trabajo, de acuerdo con lo dispuesto por la norma vigente, “el día 1 de mayo del presente constituye feriado nacional, considerando que en esta gestión el señalado feriado recae en día domingo; de conformidad a lo determinado en el párrafo II del Artículo Único de la ley 274 del 10 de septiembre de 2012, se compensa con el siguiente día hábil”.
Curiosidades
El día del trabajador en China se conoce como el Día del Turismo, ya que el Gobierno lo ha planteado como periodo vacaciona añadiendo días festivos para que la población aproveche a viajar, no es una fecha para protestar.
En México, es un día más festivo que reivindicativo, los centros de entretenimiento, clubes, Restaurantes tienen sus puertas abiertas.
En Alemania, el 1 de mayo también se celebra como uno de los eventos sociales más emblemáticos del año, conocido como el Maitour, las familias dan un paseo en bicicleta y para quemar los estragos de la noche anterior.
Es muy popular la Noche de Walpurgis o Noche de las Brujas, celebración nocturna que tiene lugar cada 30 de abril. Una fiesta de tradición pagana con hábitos universales: fiesta, danza, y tragos.
Mientras que Francia mes parte de su tradición regalar una flor aromática llamada “muguet”, que simboliza buena suerte, después de muchos años de levantamientos y protestas, los franceses tienen por tradición encomendar sus triunfos al azar.
El día del trabajo en Grecia concuerda con el inicio de la primavera, adquiriendo una versión “hippie”: Se festeja en familia en plena naturaleza, con guirnaldas de flores que adornan las entradas de los hogares.
Argentina tiene especial atracción con el mes de mayo, y la Plaza de Mayo es su gran imán. En ella se escribe su historia, se palpan sus inquietudes y se pelea contra las injusticias. El Día del Trabajador, por supuesto, tiene cita en dicho lugar.
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El sabelotodo es aquella persona que siempre trata de imponer su opinión ante los demás y muchas veces puede tener una actitud negativa en los grupos de trabajo.
En las oficinas hay todo tipo de gente, uno puede encontrar personas atentas, buenos trabajadores, empleados responsables, pero así como hay mucha gente buena, también hay personas nocivas que solo traen negatividad al lugar de trabajo.
Entre ellos está el sabelotodo, aquel que quiere imponer constantemente sus ideas y no acepta las propuestas de otros. El sabelotodo puede ser una oportunidad en el grupo de trabajo, puede ser alguien a quien le puede preguntar lo que sea, pero también esta puede ser un arma de doble filo.
Este tipo de persona quiere imponer sus ideas a los demás y esto lo convierte en un personaje con el que se vuelve difícil relacionarse. Esta es gente que siempre está tratando de monopolizar las conversaciones y, por ende, desestima las ideas distintas a las suyas.
El problema que se genera normalmente es que están buscando tomar decisiones sin antes consultar a otros o incluso toman decisiones sin pensar en las repercusiones que éstas pueden generar en otros. Son estas imposiciones las que, con frecuencia, producen descontento, con otros compañeros de trabajo y también con clientes de la empresa.
Comúnmente son considerados como malos oyentes y a menudo piensan en lo que van a decir después, pero no piensan en lo que están diciendo. Lo que se vuelve complicado es que debido a su forma de pensar es difícil hacerles ver que sus ideas no son las mejores, una vez generan una opinión, no hay forma de hacerles cambiar de idea.
Uno de los factores que distinguen a etas personas es lo frustrante que pueden volver el ambiente de trabajo. Una de las razones es que hablan más de lo que escuchan, cuando este tipo de profesional se presenta en las conversaciones da la impresión que las opiniones de los demás no están siendo recibidas.
Quizás la mejor forma de describir a la gente que cree que lo sabe todo es que son gente de mente cerrada, y cuando una empresa tiene a un colaborador como este solo significa que hay un grave obstáculo para el proceso creativo de los equipos de trabajo.
Algunas de las características que se presentan con los sabelotodo es que son obstinados, agresivos, bruscos y arrebatados; esto es debido a que buscan ganar discusiones con el resto de sus compañeros de trabajo, y esto puede ser interpretado como un comportamiento intimidatorio.
El hecho de que uno tiene a un compañero sabelotodo no debería de angustiar a nadie, hay formas para poder lidiar con ellos y evitar la frustración que uno podría vivir:
1. Acudir a la compresión
Estos son compañeros que pueden ser irritantes, pero en muchos casos estas actitudes se generan de un tema de confianza o algún problema personal más profundo que la persona pueda tener. Es por eso que es recomendable tener empatía en lugar de enojarse.
2. Saber cuáles batallas pelear
No siempre se van a ganar las batallas, y con un sabelotodo es imposible ganar. Es por eso que lo mejor que uno puede hacer para llevar la fiesta en paz es “dejarlos ganar” y simplemente ignorar lo que estén diciendo para evitar involucrarse en una larga discusión sin sentido.
3. Predicar el buen ejemplo
Es importante dar a conocer que no siempre se estará en la razón, cuando uno admite que se ha equivocado también se está demostrando que la persona sabelotodo podría estar equivocada. Hay que ser flexible con las ideas y abierto a otras opiniones.
4. Mantente firme a los argumentos
La mejor forma de combatir con el sabelotodo de la oficina es mantenerse firme ante los argumentos. No hay nada peor que demostrar debilidad o duda sobre algo ante un sabelotodo, puesto a que ellos harán lo posible por querer ganar esta discusión. Es recomendable que si se está exponiendo un tema o un punto en un grupo de trabajo se de siempre respaldar lo que se dice con documentación para que, de esta forma, el sabelotodo no pueda refutarlo.
5. No perder el sentido del humor
Los sabelotodo pueden ser defensivos y a veces hasta agresivos, y lo último que uno desea es ponerlo contra la pared. Pero es mejor que cuando este tipo de persona empiece a acaparar la conversación uno pueda tratar la situación con humor.
6. Hacer preguntas de prueba
Es recomendable hacer interrogantes para conocer cuáles son las fuentes que respaldan la opinión del sabelotodo. Es bueno hacer esto de manera respetuosa, con el fin de conocer si lo que dice esta persona es verdad o simplemente está tratando de impresionar a los demás.
7. Habla con el sabelotodo
Si esta persona se está volviendo muy negativa en el espacio de trabajo, será bueno hablar con ella y darle retroalimentación constructiva sobre su comportamiento. De esta forma la persona podría reconocer su actitud e incluso expresarse diferente en el grupo de trabajo.
8. No involucrar al jefe a menos que se vuelva una amenaza
Estos son problemas que se pueden solventar adentro del equipo de trabajo y no es necesario que se involucre al jefe para resolverlo. El único motivo por el que se deberá llevar el problema al jefe es si esa persona esta lastimando la estabilidad del equipo laboral.
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Un poco más de la mitad de las compañías que inician cambios organizacionales logran establecerlos con éxito. Pese a esto, de este porcentaje, la mitad no cumple con las expectativas necesarias.
Muchas empresas buscan cambios organizacionales en algún momento de su gestión, pero cuando lo realizan esperan un retorno medible y razonable sobre estas iniciativas. Es por eso que deben de tomar en cuenta diversos aspectos antes de realizar este tipo de estrategias.
La empresa de asesoría PWC indica que los cambios organizacionales en las compañías se están volviendo cada vez más demandantes en cuanto a los resultados obtenidos. De acuerdo con datos que la empres ofrece en su página web, el 41 % de los proyectos de cambios fallan y que del 59 % restantes que tienen éxito, solo la mitad cumple las expectativas de la gerencia.
Pero ¿a qué se deben estos fallos?, de acuerdo con la investigación de PWC y la firma Market & Opinion Research International (MORI), nueve de las 10 barreras de cambio están relacionadas con las persona; es decir, que uno de los principales problemas por los que los cambios en las oficinas no se ejecutan de la mejor forma es por las personas que laboran en la empresa.
La firma de asesoría ejemplifico que “habilidades de administración del cambio limitadas, malas comunicaciones y oposición de los empleados” son los principales problemas. Es con base en estos hallazgos que PWC ha creado una metodología que pueda administrar el cambio y ofrecer beneficios, creando estrategias y herramientas para darles asistencia a las organizaciones a gestionar sus cambios.
El cambio organizacional es comúnmente visto como una transición compleja puesto que involucra a la organización y a los accionistas como tal, las tecnologías y los colaboradores de la empresa. Es decir, que “el cambio en una dimensión fácilmente afecta otra dimensión”, como lo declara PWC. “Los aspectos “más blandos” del cambio, como obtener compromiso de las personas, el cambiar comportamientos, el proveer entrenamiento en el momento adecuado administrar las transferencias desde y hacia las organizaciones, son criticas para lograrlos resultados esperados” indica la firma.
Hay que tener en cuenta que los cambios muchas veces son necesarios, las empresas buscan cambiar, ya que necesitan actualizar ante los cambios y las tendencias del mundo. Especialmente en nuestro siglo en donde todo se ve dirigido hacia el mundo digital. Las organizaciones cambian, esta es una realidad para todas las empresas, pero el reto está en lograr que el cambio traiga resultados reales y positivos. Es decir, que el cambio organizacional se genera en la dirección de los objetivos de la organización.
El problema que se presenta es que muchos colaboradores se resisten al cambio, y es así que las empresas deben concentrarse en la gestión del cambio y saber como seleccionar a sus agentes del cambio también. Es así que se debe de tener en cuenta que al establecer un proceso de cambio, serán las personas internas de la organización quienes esperarán que la nueva situación les proporcione la misma seguridad que tenían previo al cambio organizacional.
Por esto mismo se debe de brindar dicha seguridad a los colaboradores mientras caminan el cambio; sin embargo, si se produce un inconveniente durante el proceso, esto afectará directamente a los empleados, causando enojo o insatisfacción. Uno de los grandes problemas con los cambios es que si se descuida el factor humano, las empresas podrían perder a su personal, incluyendo a colaboradores valiosos.
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¿Por qué hacer promoción interna?
La importancia de la Evaluación
Ventajas del reclutamiento interno
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Aunque siempre es bueno estar atento a los perfiles que ofrece el mercado, muchas veces se torna inteligente reconocer y premiar el talento que se tiene en la propia casa.
El desafío del departamento de recursos humanos y de cualquier compañía, en tiempos de crisis es la motivación, sobre todo por la cantidad de personas que aguardan en el banquillo esperando ocupar el lugar de alguien.
Sin embargo, una empresa tiene que estar consciente que su capital humano es el activo más importante. Deben de ser capaces de transmitirles la idea de que sus triunfos personales también serán una ventaja para la compañía y una muestra de cuánto deben de crecer juntos, con esto se cumple uno de los objetivos del departamento de recursos humanos: el motivar a su equipo.
En la actualidad, la promoción interna se ha revelado como una gran herramienta para alcanzar la satisfacción de los empleados.
Esta política implementada en el área de recursos humanos permite que se generen expectativas entre los empleados sin recurrir al mercado externo y, tiene la ventaja, de que si el puesto se cubre con un empleado que ya era parte de la compañía, el tiempo de adaptación será menor.
¿Por qué hacer promoción interna?
La promoción interna de un trabajador implicará la concesión de un ascenso con un mayor salario y responsabilidades.
Para el empleado la posibilidad de un ascenso es muy importante, no importando el nivel de jerarquía que ostente. Esto contribuye a que el empleado sienta que se esta desarrollando profesionalmente dentro de la empresa, que se valora lo que hace y que por lo tanto, tiene un futuro en ella.
La promoción interna tiene beneficios para los empleados, ya que aporta otras ganancias para la empresa, tales como: Lograr empleados más comprometidos con la empresa, mejorar el ambiente laboral entre los profesionales, disminuir la rotación de la plantilla, mayor profesionalismo por parte de los trabajadores en sus puestos, lo que minimiza el absentismo.
La promoción interna es la medida más eficaz para el departamento de recursos humanos, ya que en muchos casos deben de cubrir puestos repentinamente. Siempre es bueno estar alerta a otros perfiles profesionales que nos brinda el mercado, pero también es inteligente reconocer el talento que se tiene en la empresa.
La importancia de la Evaluación
Las compañías modernas evalúan a sus trabajadores para determinar aumentos salariales, necesidades de desarrollo y capacitación, así como documentos que apoyen las acciones de rotación de personal.
Pero se puede hacer uso de esta para promover a los colaboradores o al menos para tener en la mira a ciertos candidatos para algunos puestos.
La evaluación del empleado, se puede convertir en un proceso para estimular las cualidades del desempeño de un trabajador y la excelencia, es además una herramienta imprescindible en la actividad administrativa, en la dirección, además ayuda en la determinación de políticas de recursos humanos adecuadas a las necesidades de la empresa.
Ventajas del reclutamiento interno
Una de las principales ventajas del reclutamiento interno es que aporta una gran motivación para los empleados que saben que puede que en algún momento, si rinden lo que corresponde, pueden llegar a un puesto mejor o que les gusta más.
También se crea una competencia sana que ayuda a que los trabajadores quieran ser mejores día a día para ser los seleccionados para nuevos puestos que surjan.
La empresa cuenta con personal de su confianza en los puestos más altos, personas que conocen la misión, visión y valores de la empresa y están al tanto de su funcionamiento. Son personas que ya se sabe que están satisfechas con la forma de ser de la empresa. Además, ofrece mayor seguridad porque la empresa ya conoce cómo funciona el trabajador y las posibilidades que podría tener en el nuevo puesto.
Los negocios ahorran dinero con el reclutamiento interno ya que, aunque hay que formar a sus empleados para que lleguen a mejores puestos, no hay que pagar lo que cuesta un proceso de selección de personal y reclutamiento de nuevos trabajadores. Además, es mucho más rápido, ya que no hay que esperar tanto para dar con la persona adecuada porque esta se encuentra ya en la empresa.
Las inversiones en entrenamiento y formación de personal son aprovechadas en todo momento, incluso en este caso. Mientras se prepara a los trabajadores para un posible ascenso, también se están formando y aprovechando las nuevas habilidades y destrezas con las que cuentan.
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Los malos hábitos
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Hay muchas frases que se repiten en la rutina diaria pero que, por su contenido o la manera en que se dicen, pueden afectar la imagen del empleado dentro de una empresa. En este artículo conocerás algunas de ellas, las cuales es mejor evitar o pensarlas muy bien antes de pronunciarlas.
La comunicación es un proceso muy complejo que puede prestarse fácilmente a malos entendidos, muchas veces no intencionales. Por ello es muy importante reflexionar muy bien las frases, o mensajes, que uno expresa y sobre todo cuando se trata de una conversación con el jefe.
Y es que muchas veces, sin que el trabajador lo desee, se convierte en su propio saboteador afectando su imagen a causa de comentarios muy comunes. No significa que dichas frases no deban decirse nunca, sino que su contenido suele estar asociado a aspectos negativos como incapacidad o pereza. Antes de pronunciarlas, es mejor pensar muy bien cuál es la idea que se trata de comunicar al jefe.
“No sé/No puedo”. En principio puede que esta frase sea una reacción inmediata (y honesta) ante un nuevo desafío que se presenta en el trabajo. Sin embargo, utilizarla es muy negativo porque da una imagen de incapacidad en el empleado, ignorancia en el tema o incluso de poca disposición a asumir la nueva tarea. Lo más recomendable, dependiendo de cada caso, podría ser indagar el contexto del tema y solicitar información para entender cómo se puede resolver el problema. Si al final del día no hay capacidad para atender el problema, lo mejor es ofrecer otras opciones.
“No se puede hacer” cuando un jefe delega una tarea es porque necesita que se cumpla un objetivo concreto. Aún si no es posible cumplir con lo que ha pedido, siempre dicha meta debe alcanzarse de alguna manera. En este caso, reconocer la imposibilidad de hacer algo no es el problema, sino limitarse a decir un “no”. Lo que se recomienda es no solo explicar por qué no se puede hacer algo, sino ofrecer una alternativa para alcanzar el objetivo propuesto, ya sea que necesite cambiar algo en el proceso o hacer algo distinto. La clave es fijarse en la meta y no tanto en cómo llegar.
“Lo intentaré”, esta frase se encuentra a medio camino entre el sí y el no. El problema es la ambigüedad que implica. Dependiendo del contexto en que se utilice puede llevar a que una persona se comprometa a hacer algo que en realidad no puede cumplir. En este caso el miedo a decir “no” puede llevar a un problema mucho más grave, pues afecta la credibilidad o el compromiso de la persona. Para evitar crear malos entendidos se recomienda ser sincero con las cosas que se pueden hacer. Además, como en los casos anteriores, se pueden evaluar opciones antes de simplemente rechazar un compromiso.
“No me dio indicaciones” Esta frase es altamente dañina para el profesional que la pronuncia. El único caso en que se podría permitirse es cuando se trata de alguien que es completamente nuevo en el área. Se supone que un profesional, un colaborador, ya sabe de qué trata su trabajo y cómo debe cumplirlo. Para eso es que ha estudiado o, en todo caso, eso es lo que ha desempeñado en otras empresas. Por tanto no debe esperar que su jefe le de indicaciones para hacer algo en particular. Además, revela que la orden no quedó clara en cuanto se asignó y el empleado no se preocupó por pedir más información. Para prevenir esto se recomienda pedir toda la información relevante a la tarea que se tiene que cumplir o en todo caso investigar sobre nuevas formas de hacerla.
“Necesito que haga esto “ Conviene recordar que es el jefe quien delega tareas al equipo de trabajo y no al revés. Por mucha confianza o amistad que exista, no es apropiado solicitar a un superior que haga algo que es parte del propio trabajo. Si, por ejemplo, hay mucho trabajo y sigue pendiente la clasificación de algunos archivos, no se debe pedir al jefe que se haga cargo de ese papeleo. Lo más recomendable, y proactivo, es reorganizar la agenda diaria para dedicar algo de tiempo a todas las responsabilidades. En estos casos no es válida la observación “mi jefe no tiene tanto trabajo como yo”, pues cada empleado tiene diferentes cosas a su cargo dependiendo de su puesto.
“Eso no es mi trabajo “ Cada quien tiene determinadas responsabilidades que puede y debe cumplir. Aún así, pronunciar esta frase puede ser dañino ya que da la impresión que uno se niega a aceptar nuevos encargos. El problema es que dicha tarea puede ser una manera de probar la pro actividad del empleado, su capacidad para enfrentar nuevos desafíos o la disposición para colaborar con el equipo. A futuro, rechazar nuevas tareas puede perjudicar la posibilidad de ascender puestos dentro del trabajo, pues crea la imagen de que no se está dispuesto a hacer más de lo que ya se hace. Aunque hay que ser sincero con la capacidad que se tiene para asumir más responsabilidades, se recomienda también estar dispuesto a colaborar con otros, innovar y responder a nuevos desafíos.
“Olvide decirle” En este caso el problema no es la frase en sí, sino la situación que llevó a decirla. En un ambiente de trabajo debe existir una comunicación constante. Esto significa que lo último que espera un jefe es llevarse una mala sorpresa porque los empleados retuvieron información o no la comunicaron a tiempo. También se debe tener cuidado si, por ejemplo, se decide optar por verificar una situación antes de notificar a los superiores. Esta conducta es prudente, pero debe dejarse de lado si hay problemas inminentes o pueden afectar gravemente el trabajo de los demás. Lo que se recomienda no es evitar decir la frase, o pronunciarla de otra manera, sino procurar que la información importante es comunicada a tiempo.
“Estoy aquí por dinero” Puede que al final del día esta frase sea una realidad para muchos trabajadores, aún así no es algo que convenga decirse frente a un jefe. ¿Por qué? Porque comunica que el compromiso laboral está condicionado únicamente por el salario. No hay ningún otro incentivo que pueda mejorar el rendimiento en la oficina o la productividad. Así que la próxima vez que este por usar una de estas frases, lo más recomendable es pensar primero qué se va a decir al jefe.
Los malos hábitos
Además de palabras, también hay malos hábitos que pueden hacer que uno pierda el empleo.
Existen varios comportamientos por los cuales una persona puede perder el respeto y la estima que le tienen sus compañeros de trabajo o incluso el jefe. El problema con los malos hábitos es que la mala impresión tiende a acumularse y con el tiempo puede generar graves consecuencias como el despido. La impuntualidad es el mal hábito que se tiene que evitar al máximo, lastimosamente es muy fácil caer en él. Este puede demostrar poco compromiso con el trabajo e irrespeto a las normas y los compañeros.
Procrastinar y dejar todo a última hora es otro comportamiento indeseable en el trabajo. Es preciso recordar que el trabajo que uno realiza debe ser continuado por otra persona, por lo tanto un retraso puede afectar a toda la cadena. La mala redacción es otro hábito que se debe evitar. No se trata solo de una buena ortografía, sino de la capacidad de expresarse clara y respetuosamente con otros. La deshonestidad es algo que se debe evitar a toda costa pues daña las relaciones interpersonales y la credibilidad que se puede tener dentro del trabajo.
Esto aplica a todos los ámbitos. Por ejemplo “maquillar” el currículo es contraproducente pues un jefe puede exigir que se cumplan tareas para las cuales no se está preparado. Ser distraído también se debe evitar. Cuando una persona pone poca atención o interés en las discusiones del trabajo, demuestra poco compromiso y responsabilidad con lo que se está haciendo. Es necesario eliminar del entorno y la rutina todas las cosas que distraen: música, redes sociales y problemas ajenos al trabajo, entre otros.
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Contenido
Lo que se comunica
Efectos personales
Consejos para llegar temprano al trabajo

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Cada uno de nosotros es responsable de disciplinarse para estar a tiempo y cumplir con las obligaciones.
En estos días muchas personas han olvidado poner en práctica el valor de la puntualidad, y prefieren tirar la culpa de sus retrasos a los problemas de tráfico en las calles, o a cualquier circunstancia que sea propicia para poder dejar su nombre “en limpio” frente a los demás, sin tener que re