El líder que se necesita

June 20, 2016 11:35 by Zona Empleo EDH

 

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Los errores



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Un buen líder se define por el éxito y la eficiencia que logra inculcar en su equipo de trabajo.
Hay algunas personas prácticas que fomentan un buen liderazgo y, al mismo tiempo, otras que pueden echar a perder toda la productividad.

Un líder no nace se crea a sí mismo por las prácticas y las aptitudes que adquiere y ejerce. Lo que define un buen liderazgo es su capacidad para coordinarse con el equipo de trabajo e impulsarlos hacia el éxito.

Pero ¿Cómo lograr esto¿ Hay algunas cosas a tener en cuenta para mejorar la productividad del equipo. También hay errores que se deben evitar para no perjudicar el perfil profesional propio y el trabajo de los demás.

Para empezar, se debe de tener claro que ser un líder no se trata de ostentar un cargo o tener un título universitario en particular. Al igual que la confianza, el liderazgo no es algo que se impone o existe por sí mismo.

El liderazgo sobre un grupo es algo que se obtiene, en principio, basado en las buenas relaciones interpersonales con el equipo. Para ello es importante fomentar la confianza, cumplir las promesas, escuchar atentamente las sugerencias y preocupaciones del grupo, entre otras cosas no importantes.

Nadie puede ser un buen líder si el equipo lo considera una persona antipática. Otra actitud que se debe de tener en cuenta es la pro actividad, ya que el liderazgo no se trata únicamente de dirigir personas. El líder debe de ser alguien capaz de motivar personas y hacer que actúen.

Esto significa que se debe de coordinar con antelación las acciones que desarrollará el grupo. Luego, la cercanía es clave para supervisar no solo que se cumplan las órdenes, sino que hay un respaldo adecuado ante improvistos o necesidades de los colaboradores.

La eficacia personal también es importante. Nada deteriora más la imagen del líder que ser incapaz de priorizar u organizar la agenda de trabajo.

En ese sentido, un líder debe aprender a  organizar su tiempo y esfuerzo de acuerdo con los objetivos de la empresa y también con las metas que debe cumplir el grupo.

La visión de trabajo también debe de definirse. El equipo no está simplemente para cumplir tareas cotidianas. Un líder debe de establecer esa visión para las labores, es decir, hacia donde se quiere llegar con las labores del día.

Respecto a este punto también es importante es importante destacar las habilidades de comunicación. Los colaboradores necesitan conocer y tener clara la visión del líder para poder llevarla a cabo.

La comunicación en este grado es importante, tanto verbal como no verbal, para ganar la confianza del equipo y demostrarles que se es alguien que puede ayudarles a salir adelante.

La capacidad de conciliar también es importante, ya sea para resolver conflictos entre los miembros del equipo o con las tareas cotidianas.

Cuando se trata de conflictos o problemas con el trabajo, un líder puede demostrar su capacidad de análisis, pro actividad y justicia. Lo más importante es entender que se trata de solucionar un conflicto y no de imponer una solución.

Los errores


También hay equivocaciones que el líder debe de evitar a toda costa para mantener un buen clima de trabajo.

Como ya se mencionó, la mala organización es una de ellas. La ineficiencia al organizar el trabajo propio resta autoridad al trabajo frente al equipo. Además, si un líder está constantemente ocupado, sin disponibilidad para escuchar a los colaboradores o atender improvistos, puede dar la impresión de ser indiferente o incapaz.

La arrogancia es una actitud que destruye cualquier liderazgo. De nuevo, la posición esta cimentada en las relaciones personales.

Por ello un tono autoritario mina la disposición del grupo para cumplir órdenes. Lo mismo ocurre si el líder muestra desdén a lagunas labores  y demuestra poca pro actividad e irrespeto al personal que tiene a cargo.

No demostrar lo que se sabe es un error típico y muchas veces involuntario. Un líder puede tener la mayor experiencia del mundo, títulos de grandes universidades, pero lo que realmente importa a la empresa y sus subordinados es qué saber hacer.

Un líder con altos conocimientos pero que no los pone en práctica o transmite a sus colaboradores, añade poco valor a un equipo de trabajo. Puesto que el líder es una figura a seguir y un motivador, un error grave es temerle a ser superado por sus colaboradores. Detener algunas iniciativas, o retener el conocimiento, limita la productividad del grupo.

El egoísmo es otra actitud capaz de destruir un equipo de trabajo. Esto porque un equipo debe de sentirse identificado con su líder, mantener una confianza recíproca. Entonces, una persona que se adjudica para sí sola los logros del grupo no genera confianza, sino un constante resentimiento en el grupo.

De más está decir que dicho resentimiento solo entorpece la productividad y el clima laboral. Por último, como se dijo al principio, un líder es algo más que un título o cargo. Alguien que se enfoque demasiado en resaltar su posición como licenciado, ingeniero, máster, doctor o simplemente jefe, en realidad demuestra que no tiene nada más que decir ni ofrecer a la compañía.

Un buen líder sabe cimentar esa posición con la confianza del grupo, no la impone. Además, si el titulo no está acompañado por una demostración de esas capacidades, la figura del líder simplemente se vuelve insignificante.

Todas estas son características que se deben de tener en cuenta para mantener un buen liderazgo. La posición se construye día a día. Corresponde al líder mantenerse al tanto de sus colaboradores y fomentar un buen clima laboral, saber reconocer y enmendar.

 

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Categories: Economía y trabajo | Empresas y RRHH | Recursos Humanos

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